Entre el jueves y el sábado de la semana pasada, algunas precipitaciones se observaron. En gran parte del territorio en de la zona núcleo forma de lloviznas que no dejaron registros. Algunas excepciones, sin embargo, se concretaron sobre el sudoeste entrerriano, sector que se acopló a las precipitaciones que recorrieron el norte de BA y las vecindades del sudeste de SF. También el sur de BA recibió algunas precipitaciones destacadas.
Sin embargo, lo más importante del último pasaje frontal, fue el freno a la ola de calor, que también venía de la mano de la transición intermensual. El cambio de masa de aire, alivió el ambiente y si bien las temperaturas volvieron a ascender con el curso de la semana, no se repusieron las mismas condiciones de agobio que dominaron los diez días previos.
El cambio de ambiente y una oferta de agua escasa, no deja de ser un recurso favorable en esta etapa de la campaña. Si bien las lluvias de marzo aún son necesarias, los cultivos que van cerrando el ciclo no reclaman la persistencia del ambiente húmedo. Como es conocido, estas condiciones se comportan como vector de enfermedades de fin de ciclo, por lo cual este último período seco no estuvo de más.
En las últimas horas importantes tormentas recorrieron gran parte del este de LP, la provincia de BA, sudeste de CB, sur de SF y sur de ER. Los aportes pluviales han sido variados, pero no en pocas localidades los registros de lluvias superan los 50 milímetros., incluso en áreas puntuales del noreste de BA, los acumulados alcanzaron los 100 milímetros. Si consideramos promedios de entre 30 y 50 milímetros, podremos concluir que la oferta de agua se muestra favorable, es decir, sin tender a la sobreabundancia, genera las recomposiciones necesarias para el cierre de campaña.
Antes de las últimas lluvias, las reservas de humedad mostraban un predominio de la categoría regular. En otra etapa de la campaña esto hubiese indicado una señal de alerta o el requerimiento perentorio de precipitaciones para reponer la humedad faltante, sin embargo y de acuerdo a lo que venimos diciendo, este retroceso hídrico no estuvo mal. Además, el mismo ha permitido captar de mejor manera las lluvias de las últimas horas, sin resultar en un escenario hídrico donde los suelos saturados o incluso con anegamientos se vuelvan un problema generalizado. Esta situación puede haberse concretado en corredores reducidos, pero en general las lluvias recientes recomponen un escenario de reservas entre adecuadas y óptimas en gran parte de la zona núcleo.
De acuerdo a como se han ido desplazando las tormentas hacia el centro norte entrerriano y el resto de la Mesopotamia, también deberían encontrar aportes pluviales más que satisfactorios.
Como viene dada la situación, es razonable esperar que entre sábado y domingo nuevamente se observen precipitaciones en el NEA y el centro norte de la Mesopotamia, con un patrón disperso de lluvias menores sobre la zona núcleo.
La semana próxima parece encaminada a desplegar una dinámica que va a favorecer el reposicionamiento de aire de origen tropical. En este sentido el siguiente sistema frontal, que podría estar entrando entre miércoles y jueves próximo, puede encontrar una masa de aire con mayor disposición para generar precipitaciones. Si este comportamiento se valida, vuelve a ganar importancia el período relativamente seco que cerramos el día de ayer.
Los indicadores de circulación atmosférica a nivel regional parecen estar funcionando como para viabilizar precipitaciones con piso en los 130 milímetros para el recorrido de marzo. El sistema precipitante de la semana próxima nos podrá dar una idea más clara de cómo cerrará este mes de marzo y cuáles serán las perspectivas para los trabajos de cosecha.