La soja repuntó ayer 1,6% en Chicago, o 6 dólares la tonelada, y el maíz cerró en un máximo nivel en siete meses y medio, tras ganar 1,2%, en una jornada dominada por las compras de oportunidad tras varias ruedas en baja. El trigo también fue de la partida alcista y mejoró 1,%.
Si bien los analistas consideran que no hay nuevos factores fundamentales para sustentar las mejoras (cambios drásticos en la oferta y la demanda), la oleaginosa llegó a u$s 389,95 la tonelada para la posición más activa (marzo 17) luego de que se conocieran datos de la molienda de soja estadounidense por encima de lo que estimaba el mercado.
El impulso alcista para la soja llegó en medio de la operatoria del mercado,
cuando la Asociación de Procesadores Oleaginosos norteamericana (Nopa) informó
que durante enero procesó 4,37 millones de toneladas del poroto, y que la semana
pasada el procesamiento fue 6,8%, contra la misma fecha de 2016.
A ese dato se sumaron nuevas preocupaciones por el clima en la Argentina. En
momentos en que los cultivos se encuentran en pleno crecimiento, y tras los
problemas climáticos que afectaron con fuerza la etapa final de siembra, el mes
pasado, nuevas lluvias se sucedieron en buena parte del sur de Entre Ríos y en
el sur de Santa Fe, Córdoba y norte de Buenos Aires, lo que puede complicar el
panorama. También están previstas nuevas precipitaciones en esas zonas para los
próximos días.
No obstante, esas preocupaciones casi se diluyen de la mano de la excelente
campaña sojera que está teniendo Brasil y que se estima puede dejar casi 106
millones de toneladas de poroto. La cosecha en el principal socio del Mercosur,
segundo exportador global de soja sin procesar, avanzó hasta 20% del área
sembrada, 4 puntos porcentuales por encima del año pasado, con rindes superiores
en 15% a los del ciclo previo. El estado de Mato Grosso, principal productor
sojero brasileño, lleva recolecta el 45,8% del área sembrada, contra apenas
25,6% que tenía a esta altura del año pasado.
En cuanto a los cereales, el maíz tocó u$s 149,4 por tonelada, un pico para los últimos 180 días de operatoria, para luego terminar en u$s 149,1, en un reacomodamiento de los fondos e inversores ante un mercado que estaba sobrevendido. En la mejora ayudaron las perspectivas de mayores exportaciones del grano estadounidense, aunque los analistas remarcan que la baja semanal en la producción de etanol puede poner freno a ese impulso alcista. Además, hacen hincapié en las negociaciones que parece dispuesto a abrir México con Brasil y con Argentina, para abastecerse de maíz, en medio del conflicto con el gobierno de Donald Trump.
El trigo también tuvo una jornada positiva, con mejora de 1% que ubicó al contrato más activo en u$s 167 la tonelada.
En ese comportamiento, además del efecto contagio de los otros commodities y un dólar debilitado frente a otras monedas, sobresalió la desacelaración de las exportaciones trigueras de Ucrania, uno de los pricipales jugadores globales, que bajaron 14,2% en enero contra diciembre pasado.
La India a su vez elevó sus compras de trigo en el mundo como consecuencia de una caída en la producción doméstica y se conoció ayer que Taiwán busca asegurarse más de 100.000 toneladas de trigo para embarcar entre abril y mayo, siendo el principal candidato como proveedor Estados Unidos.