ROMA.- No es cosa de todos los días degustar en la Ciudad Eterna comidas y
vinos elaborados por la comunidad indígena Amaicha del Valle, en la provincia de
Tucumán. Pero ocurrió anteayer, en el cierre de la Tercera Reunión Global del
Foro de Pueblos Indígenas del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA),
que tuvo lugar en esta capital.
Durante este evento argentino, el embajador Claudio Rozencwaig, representante
permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y el FIDA, dio una
buena noticia. Al destacar los importantes proyectos del FIDA para el desarrollo
rural argentino, adelantó que, de acuerdo con los programas aprobados por la
junta ejecutiva del organismo en los últimos meses, el país podrá recibir
financiamiento por más de US$ 50 millones. ¿El objetivo del crédito? Programas
destinados a la integración de productores del norte argentino en las cadenas de
valor y al fortalecimiento de la producción caprina en el país.
"Los créditos conseguidos permitirán mejorar la vida de nuestra población
rural tanto en el Norte como en Mendoza y Neuquén, a través del acceso a
microcréditos, ayudando a colocar los productos en los mercados y favoreciendo
el arraigo de las poblaciones a su tierra", dijo a LA NACION Rozencwaig.
Alejandro Gennari, coordinador ejecutivo de la Unidad para el Cambio Rural (UCAR),
que es el organismo que coordina la ejecución de los proyectos, explicó por su
parte que fue gracias a los fondos del FIDA y "el fuerte compromiso del gobierno
nacional con el desarrollo de las economías regionales", que pudo desarrollarse
la bodega comunitaria de los Amaicha, la primera en América del Sur, cuyos vinos
se comercializan actualmente a nivel nacional.
El FIDA es un organismo que se ocupa del desarrollo rural en el mundo y tiene importantes programas en varias provincias argentinas, en particular en el norte del país. En el caso de la comunidad Amaicha, recibe financiamiento del FIDA y del gobierno nacional a través del Programa para Desarrollo Rural Incluyente (Proderi), un programa de 112 millones de dólares, de los cuales la mitad son aportados por el FIDA.
Asistieron al Foro de Pueblos Indígenas Eduardo Nieva, cacique de la comunidad Amaicha del Valle, que conforma el pueblo de la Gran Nación Diaguita, según explicó, y Cecilia Figueroa, de la comunidad mapuche Currumul, paraje Quillén, del departamento de Aluminé, representante del consejo zonal Villa Pehuenia, de la provincia de Neuquén.
Con sus trajes típicos, ellos fueron los protagonistas del evento argentino, en el que se mostraron emocionados por haber viajado por primera vez a Roma y agradecidos por poder mostrar en un escenario internacional sus productos. Entonces, hubo gran presencia de embajadores de otros países, que no ocultaron su grata sorpresa al saborear por primera vez no sólo vino indígena argentino, sino también deliciosas empanadas y pan hecho con harina de algarrobo, toda una novedad en estas latitudes.
Ayer, junto a los demás participantes del Foro de Pueblos Indígenas, Nieva y Figueroa fueron recibidos en audiencia por el Papa, a quien le entregaron, orgullosos, su vino.