La economía argentina crecerá este año. Su rebote será heterogéneo -aunque liderado por la obra pública y el sector agroexportador-, con moderados avances en el consumo y el empleo debido a las restricciones monetarias y fiscales que tiene el Gobierno, pero con un timing perfecto: el pico de expansión se sentirá antes de las elecciones legislativas de octubre.
Así lo pronosticaron ocho economistas consultados por LA NACION, que además
indicaron que ya en el último bimestre de 2016 aparecieron signos de
desaceleración en algunas caídas de diferentes sectores de la economía e incluso
leves avances en otros. Todos los analistas, en tanto, estimaron que este año
terminará siendo positivo, aunque las proyecciones de crecimiento van desde 1,8%
hasta 4%, entre los más optimistas. Todos alertaron que los números positivos
que exhibirá el Gobierno estarán influenciados, en parte, por una base de
comparación baja, ya que 2016 fue un año de recesión.
La mayoría de los especialistas consultados creen que el segundo y el tercer
trimestre serán los mejores del año. Las locomotoras del crecimiento serán la
mejora del salario real por la baja de la inflación, aunque todavía está en duda
por el rumbo que tomarán las paritarias; el dinamismo del campo, gracias a la
baja de impuestos; la obra pública, y el blanqueo de capitales.
"La economía ya empezó a recuperarse. Dejamos atrás la recesión", afirmó Dante Sica, director de Abeceb. Según esa consultora, se prevé un "alto crecimiento" este año en la siderurgia (11,5%), la construcción (10,1%), el sector automotor (5,1%), el agro (4,3%), los agroquímicos (5,4%) y la carne bovina (3,8%). Pronostican además mejoras "promedio" en la producción de electrodomésticos (3,6%) y del papel (3,4%), "gracias a la recuperación del consumo con presión importadora", y de la refinación del petróleo (3,1%) y el sector de alimentos y bebidas (2,6%). Los sectores "rezagados" serían la petroquímica (+1,3%), los textiles (+0,5%), el petróleo (-2,6%) y la minería, que caerá 11,3%.
"La recuperación es muy heterogénea. Se dará primero en el interior, gracias a la recuperación del agro. Habrá más inversión privada en telecomunicaciones y energía, gracias a los cambios regulatorios, y mejorará aún más el ritmo de la construcción. El consumo crecerá de manera moderada por la restricción monetaria y el intento de bajar el déficit", completó Sica, que prevé un crecimiento de 3% en 2017 y una muy leve mejora en Brasil.
"La reactivación ya está arrancando", confió Marina Dal Poggeto, directora de Bein & Asociados. La economista afirmó que ya en el cuarto trimestre de 2016 el campo mostraba alzas interanuales de casi 40%. "Va a haber saltos significativos en la obra pública en el primer semestre. El interrogante va a ser la dinámica del consumo, ya que el Gobierno está negociando cómo va a ser el esquema de indexación salarial", aseguró. La gestión de María Eugenia Vidal logró un alza salarial de 18% para el año con cláusulas de reapertura si la inflación supera ese porcentaje. El Gobierno busca replicar ese esquema a nivel nacional.
"La política monetaria está muy dura, la tasa de interés dejó de bajar y así es difícil reactivar. Además, el tema paritario no está asegurado", coincidió Rodolfo Santangelo, director de la consultora Macroviews. "El Gobierno juega además con la cancha inclinada de la ventaja estadística", recordó. El crecimiento será, según dijo, de 3%, con "un poquito de cada cosa: más consumo, inversiones públicas y privadas, exportaciones y mejora del salario".
Juan Luis Bour proyectó un crecimiento interanual de entre 2,5% y 3%. "Más allá de las inundaciones, el agro va a tener una cosecha mayor. Esto tira para arriba gracias a la política pública de eliminar impuestos. Otro driver será la baja de la inflación. No es lo mismo un 40% que un 20%; va a haber mejora de los salarios reales. Los jubilados tendrán su reparación histórica. Hay mucha plata ahí. Eso se notará después de marzo y va a estabilizar el consumo", indicó, y afirmó que habrá más gasto de capital en infraestructura, lo que mejorará el empleo en la construcción. En noviembre se crearon más de 7300 empleos en ese sector, el mejor número de un 2016 malo. Para Bour, habrán avances en el consumo y el empleo. "No sé si serán suficientes para mejorar el humor social."
"La obra pública y el sector agropecuario se presentan como los factores que empujarán la recuperación", proyectó Paula Español, directora de la consultora Radar y ex subsecretaria de Comercio Exterior durante el gobierno pasado, que estimó un avance de 2,2% en la actividad. "La magnitud de la recuperación dependerá de la capacidad de mejora del salario real y, en menor medida, del contexto internacional, sobre todo de Brasil." Español dijo que por "la línea aperturista" del Gobierno "la industria tiene una perspectiva adversa, y con ella el empleo en el sector".
Diego Giacomini, director de Economía & Regiones, diferenció entre un proceso de crecimiento, que implica un crecimiento sostenido en el tiempo, y uno de reactivación, con una mejora en los años electorales que terminan en una caída real de un PBI per cápita punta a punta. "Lo de este año será una reactivación", dijo Giacomini, que pronosticó un alza de 1,8%. "Para que haya un crecimiento genuino se necesita una reducción de impuestos y del gasto que estimule la inversión privada", agregó. Su ejemplo es el actual momento del campo, que tendrá su mejor momento entre abril y junio, con la llegada de la cosecha gruesa.
"En el segundo trimestre recién se va a observar el repunte en la actividad, pero también es cierto que la comparación es con el segundo trimestre de 2016, que fue malísimo", advirtió José Luis Espert. "Este año va a ser bueno por lo malo que fue 2016. La Argentina sólo va a recuperar lo perdido", agregó el experto, que ve una expansión de 2,7%. Según su visión, el agro "seguirá empujando", el comercio "mejorará un poco" gracias a la suba del salario real, la construcción "se va a reactivar" por la obra pública y el blanqueo, y "habrá que ver" qué pasa con Brasil.
Martín Polo, director de Analytica, es el más optimista. La economía -dijo- crecerá 4%. "Los sectores que en el primer semestre [de 2016] se habían desplomado en el tercero dejaron de estar y en el cuarto se reactivaron", precisó. El agro, por la quita de retenciones, y la construcción, por la obra pública y el blanqueo, impulsarán la economía. La baja de la inflación además empujará la intermediación financiera.
EL FMI ve crecimiento, pero menor
La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional ( FMI) ratificó que la Argentina crecerá un poco menos de lo esperado este año" y que la inflación descenderá "considerablemente", aunque todavía se mantendrá por arriba de la proyección oficial, del 17%. La previsión de crecimiento que estima el organismo para el país se ubica ahora en 2,2%, medio punto por debajo de la estimación de 2,7%, que emitió en octubre pasado. El jefe del departamento para América latina del organismo, Alejandro Werner, afirmó que la transición que experimentará el país, desde una caída en la actividad hacia una reactivación económica, es "una de las más importantes" de la región y ponderó el efecto positivo que esto tiene, más allá de que haya debido morigerarse un poco la previsión para 2017.