La línea de bioestimulación de Arysta permite contrarrestar estos procesos. La tecnología por sí sola no es la solución a los contratiempos que surgen en el campo. El agricultor interactúa permanentemente en un mercado biológico donde es clave conocer los procesos naturales incluidos en los agro sistemas para mejorar la toma de decisiones.
El manejo a nivel de lote, donde se tiene en cuenta el cultivo antecesor, la historia del lote y su nivel nutricional, entre otras variables, es determinante en la agricultura de hoy. La tecnología bien usada permite que los asesores y agricultores ganen en eficiencia, especialmente al combinar productos, servicios, y herramientas para su sistema de producción.
En el ciclo de un cultivo anual la producción de fito-hormonas y la nutrición van de la mano. Eso llevó a que Arysta busque esas sinergias donde la bioestimulación de plantas ayuda a lograr su potencial productivo. Los resultados se vuelven superiores al combinar esas prácticas con un buen tratamiento de semillas, con una protección foliar con fungicidas, con un correcto control de plagas y con un programa de manejo de malezas eficiente.
"Hemos obtenido mejores resultados al usar productos juntos que al aplicarlos en forma separada", dice Diego Gandulfo, gerente de Marketing de Arysta LifeScience. "Existen experiencias positivas en maní, cebada, papa, arveja y otros cultivos extensivos que muestran los beneficios importantes al combinar Biozyme con Rancona Dimensión en tratamiento de semillas. De igual modo, también es potenciadora la combinación de un programa de Biozyme y Biotron plus en cebada junto con la aplicación de Evito T como fungicida foliar; al igual que la combinación de Lord (graminicida) con el agregado de K-tionic como mejorador de la eficiencia del herbicida", argumenta.
En definitiva, la agricultura de hoy plantea mayores exigencias lo que obliga a interpretar la complejidad del sistema. Las contingencias climáticas y una mayor exposición a la radiación solar, entre otros factores hacen que los cultivos estén más expuestos a situaciones de estrés, y ese impacto silencioso lleva a perder rinde potencial que suele desestimarse.
El productor está más acostumbrado a medir los impactos de pérdidas de rinde causados por plagas, enfermedades o malezas. "Como técnicos debemos saber identificar las pérdidas potenciales por las inclemencias de clima y anticiparnos para disminuir el impacto negativo en la producción. Aquí, la línea de bioestimulación de Arysta está preparada para contrarrestar estos procesos disminuyendo el impacto negativo en la construcción del rinde y seguir buscando una mejor calidad de la producción", indicó Diego Gandulfo, Gerente de Marketing de Arysta.