En la provincia donde se origina el 45% del maíz y de la soja que se cosecha en la Argentina, y está radicado el 40% del stock ganadero, quieren impulsar la generación de energía con esos y otros productos que vienen del campo.
El propósito está contemplado en el "Plan de Bioeconomía" que presentó ayer
el Ministerio de Agroindustria bonaerense frente a entidades de la producción y
la industria de agropecuaria.
"El silaje de maíz, los residuos del feedlot, el girasol y el sorgo son los
productos que tienen mayores posibilidades de ser convertidos en biomasa para
generar energía", explicó el ministro de Agroindustria boneaerense, Leonardo
Sarquis, a LA NACION.
Según el funcionario que integra el gabinete de María Eugenia Vidal, el
propósito del gobierno bonaerense es fomentar la inversión en plantas de energía
a partir de estos productos y de residuos industriales. Pero además, buscarán
apoyar la producción de alimentos funcionales (aquellos que combaten una
enfermedad, por ejemplo), biomateriales (plásticos derivados de maíz o soja),
biormediación de suelos y aguas y el desarrollo de la industria genética.
Sarquis explicó que el primer paso será elaborar un mapa de la bioeconomía de la
provincia de Buenos Aires e identificar luego seis cuencas bioenergénticas.
"Sabemos que en el noroeste bonaerense predomina la producción de maíz, allí
impulsaremos los proyectos que generen energía u otros materiales con los
derivados de ese cereal", dijo.
Uno de los prototipos en marcha es la producción del syngas (gas sintético elaborado a partir de residuos de cultivos o chips de madera). Ayer el Ministerio de Agroindustria bonaerense firmó un convenio con la empresa Gitec para presentan un módulo demostrativo de generación de biomasa que será mostrado en la feria agrícola Expoagro y que será transferido luego a una escuela agropecuaria del partido de Chacabuco.
udesa
Otra de las claves del programa es transformar el enorme volumen de residuos que
tienen industrias como las frigoríficas o avícolas para utilizarlas en energía.
"Hoy hay diferentes tecnologías que permiten hacer esto y transformarlo en un
modelo de negocios", explicó Fernando Vilella, asesor de Sarquis en el área de
bioeconomía.
Respaldo
El especialista, que fue decano de la Facultad de Agronomía de la UBA, señaló que entre los objetivos del programa se cuenta el impulso de planes financieros para "identificar oportunidades" de inversión y apoyo crediticio en proyectos bioeconómicos. También buscarán formar recursos humanos con competencia en este rubro y alentar la "educación ciudadana sobre la producción e industrialización responsable de los recursos naturales".
En el sector privado expresaron su apoyo a la iniciativa. El director ejecutivo de Maizar, Martín Fraguío, destacó que en los países desarrollados la bioenergía ya está instalada. "En Alemania el 15% de la energía se genera por fuentes renovables y el biogás es uno de los capítulos más importantes; por ejemplo, tienen un millón de hectáreas de maíz destinadas sólo a este propósito", señaló.
Fraguío dijo que para que el programa tenga éxito se debería actualizar la normativa sobre biogás. "Se pueden transformar en fertilizantes orgánicos, pero habría que aprobarlos como tales y no como desechos", señaló.
El directivo de Maizar destacó que uno de las formas más eficientes para demostrar que el país reduce sus emisiones de gases de efecto invernadero, y cumplir así con los compromisos sobre cambio climático, es la reutilización de los residuos de la producción animal en bioenergía.
"Nosotros estamos midiendo la huella de carbono en maíz y proponemos soluciones para la reducción de gases de efecto invernadero, aquí lo fundamental es que la provincia de Buenos Aires trabaje en el concepto de bioeconomía", destacó Fraguío.
Otro ejemplo de generación de energía a partir de residuos es el que se está en marcha en el Mercado Central de Buenos Aires, según informó Vilella, donde se proyecta la construcción de una planta con los desperdicios de la actividad del mercado.