¿Qué está pasando con el clima y cómo va a seguir? En primer lugar, sostienen los especialistas, esta mayor sucesión de eventos tan severos en unos y otros lugares puede atribuirse al cambio climático, pero no es algo propio de la Argentina, sino una situación a nivel mundial. No debe verse solo lo extremo del cambio climático, sino una combinación de factores que dio paso a esta configuración particular del clima.
Hay una especie de polaridad que se está haciendo costumbre. Una situación donde la normalidad en el clima está pasando más por los eventos extremos y severos.
Y esto plantea para los mismos especialistas dificultades para predecirlos, ya que las proyecciones tienen que hacerse para plazos muy cortos. Vale recordar, por ejemplo, los pronósticos que aguardaban una Niña dura. La Niña ha estado, pero en un nivel mínimo y condicionada por la acción residual de El Niño anterior.
Lo que viene tampoco parece muy sencillo de vislumbrar. Seguirá la disparidad en materia de lluvias y en tiempo de ocurrencia hasta el final de la campaña. Se habla de un escenario muy perturbado. Recién en marzo habría alguna normalización. Por ahora es para ajustarse los cinturones.
"Por lo que se puede monitorear al presente y tratando de perfilar la entrada al momento crítico de la campaña, la principal región productiva del país parece mostrar un comportamiento claramente bipolar. Por un lado, las deficiencias pluviales y la seca concentrada en el sur de la región pampeana y La Pampa, moderándose hacia el oeste de Córdoba, donde la situación hídrica no es sobrada. Por otro lado, las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, este de Córdoba y el norte de Buenos Aires con tendencia a mantener precipitaciones normales o por encima de las normales", expresó Germán Heinzenknecht, especialista de Consultora de Climatología Aplicada.
Para este experto, para las zonas donde no se sufren anegamientos la campaña podría evolucionar de muy buena manera, incluso con rendimientos superiores a los normales. La contracara es para las zonas actualmente secas -como el sur bona- erense-, donde "no hay indicios serios de una modificación importante en el patrón pluvial dominante".
El meteorólogo Leonardo De Benedictis resume el momento actual de una manera sencilla con el concepto de polaridad.
"Los modelos climáticos de mediano y largo plazo acentúan esta polaridad, marcando lluvias por arriba de los niveles normales en los sectores que se encuentran inundados y lluvias escasas a nulas en los sectores que se ven afectados por la sequía", describió De Benedictis. "Si bien la tendencia marca una cierta normalización de las condiciones hacia el mes de marzo, los eventos severos seguirán siendo los protagonistas y serán nuevamente los que marquen la realidad para cada sector del país", agregó.
Para Anthony Deane, consultor agroclimático, lo que se ha venido dando es un ciclo con 10 a 15 días de mal tiempo y otros 10 días secos. Deane espera para lo queda de enero más actividad que la ya observada, pero con un comportamiento desparejo en lluvias.
En tanto, para la primera quince de febrero aguarda "ausencia de lluvias importantes" mientras que el mal tiempo (lluvias) se dará para la segunda quincena. Estas idas y venidas tienen que ver con ese ciclo que describe el experto. Para marzo, opina, el clima quedaría normalizado.
"Va a seguir en una forma de tormentas aisladas muchas de ellas, algunas muy potentes, con mucha actividad eléctrica y con lluvias desparejas", indicó,
Según el consultor, hubo un desplazamiento del ángulo de la tierra que le lleva tiempo a los patrones climáticos tener una relocalización. Los excesos hídricos y sequías juegan en torno del comportamiento de este fenómeno.
Por zonas, Deane destaca que en gran parte de la pampa húmeda hay buenas reservas de humedad, salvo en el sur bonaerense, donde hay riesgos de pérdida de la cosecha y las precipitaciones allí seguirían aisladas.
Distribución
Para el especialista en agroclimatología Eduardo Sierra, el frecuente encuentro frontal entre las masas de aire, la cálida y húmeda, procedente del trópico, y la fría y seca, procedente del Polo, viene dando como resultado una sucesión de intensas tormentas, con vientos de gran magnitud, aguaceros torrenciales y granizo.
Según explicó, mientras avance el verano la circulación tropical continuará afianzándose, aportando precipitaciones y calor a la mayor parte del área agrícola.
"No obstante, la distribución de los elementos climáticos será bastante despareja, tanto en el tiempo como en el espacio, alternándose lapsos cálidos no demasiado prolongados, con rachas de tormentas, con riesgo de granizo, vientos y aguaceros torrenciales, seguidas por cortas pero vigorosas entradas de aire fresco", indicó Sierra.
Las noticias no parecen alentadoras para las zonas ya con problemas por falta de agua. "Es probable que el sur de Cuyo y el Sudoeste y el extremo Sudeste de la región pampeana continúen bajo la influencia de los vientos polares, registrando precipitaciones inferiores a lo normal, que afectarán el ciclo de los cultivos y pasturas y causarán erosión eólica, con posibles tormentas de polvo", señaló el especialista.
Perspectivas de una campaña difícil
Eduardo Sierra, Agroclimatólogo: "A medida que avance el verano, la circulación tropical continuará afianzándose, aportando precipitaciones y calor a la mayor parte del área agrícola".
Anthony Deane, Consultor agroclimático: "El clima va a seguir en forma de tormentas aisladas muchas de ellas, algunas muy potentes, con mucha actividad eléctrica y con lluvias desparejas".
Impacto inevitable sobre la cosecha
El meteorólogo Leonardo De Benedictis explicó por qué se dieron los últimos fenómenos extremos en el clima. "Un importante centro de alta presión en toda la estructura vertical de la atmósfera venía bloqueando el ingreso de humedad a toda la porción central y norte del país desde el comienzo del mes de noviembre, aproximadamente. Este sistema de bloqueo, a partir de Navidad, se desplazó hacia el Sur, y permitió un fuerte avance de condiciones muy húmedas sobre la porción central del país y continuó bloqueando el paso hacia la parte norte de la Patagonia y sur del área pampeana", dijo. Según señaló, este ingreso repentino de humedad, combinado con condiciones de elevada temperatura comenzó a generar eventos de lluvias y tormentas violentas que se desarrollaron fundamentalmente sobre el este de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y el norte de Buenos Aires. En tanto, sobre el sur de la región pampeana las lluvias continuaron "totalmente ausentes", remarcó.
Para Eduardo Sierra, aproximadamente un 10% de superficie agrícola, ubicada en las zonas marginales del sudoeste bonaerense, experimentará mermas productivas por sequía, mientras que otro 10%, ubicado en las zonas anegables de las cuencas de los ríos Quinto y Salado observará mermas productivas causadas por excesos hídricos.
El 80% restante (del área pampeana) puede estimarse que tendrá resultados buenos, aunque algo inferiores a su potencial máximo, a causa de la irregular evolución ya registrada y de los fenómenos que se prevén", expresó Sierra.
Según Germán Heinzenknecht, de Consultora de Climatología Aplicada, en años El Niño o La Niña se cuenta con la ventaja que estos indicadores permiten ganar precisión al anticipar la coyuntura climática de mediano y largo plazo, ya sea en un sentido o el otro. Sin embargo, según indicó, esto no sucede en la campaña actual. "En términos de pronóstico y escenarios, la campaña hay que llevarla más corta, es decir, con pronósticos o tendencias que no vayan más allá de la quincena o los veinte días", precisó.