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Estudio Climático para el cultivo de Soja en la Localidad de Frentones, Provincia de Chaco

Por Antonio Tomás Parsons; Ana Eugenia Agres; Darío Doval

Objetivo

Estudiar el riego climático para el cultivo de soja en esta localidad

Antecedentes

El cultivo de soja se ha ido expandiendo hacia el oeste de la provincia de Chaco, con resultados muy dispares y aleatorios, por factores diversos como la elección del tipo de material genético (Porte; ciclo; tolerancia a plagas y herbicidas entre otros), suelo, antecesor y clima. Asumiendo el uso de un correcto paquete tecnológico, en suelos aptos, se ganará mayor seguridad con un estudio climático con mayor nivel de detalle que los habituales (Thornthwaite anuales), que sirven para una caracterización general de una zona. Un estudio mas pormenorizado permitirá una más adecuada elección de variedades y fechas de siembra, dando una mejor percepción de los riesgos climáticos y la probabilidad de obtener, con una determinada frecuencia, rendimientos medios, altos o bajos, e incluso la posibilidad de sufrir quebrantos. El establecimiento “La Pradera”, de Frentones, provincia de Chaco lleva registros de lluvias y rendimientos que han sido utilizados en el presente estudio. Estos registros abarcan solo diez campañas, siendo esto una limitante del estudio.

Metodología

A fines de obtener una caracterización general, se realizó el cálculo de balance hidrológico usando metodología Thornthwaite para los datos climáticos 2007 a 2016 provistos por INTA (Frentones) y el establecimiento La Pradera. Para el cálculo de evapotranspiración de referencia (Eto) se tomaron datos de temperatura promedio mensuales de Los Frentones (INTA) y se mantuvieron las mismas año a año. Se compararon temperaturas máximas medias y medias de los años en estudio. Luego se calculó la evapotranspiración del cultivo Et cultivo utilizando los Kc correspondientes a cada etapa fenológica según Brouwer y Heibloem. Se obtuvo como resultado el valor de Et anual del cultivo soja de 682 mm siendo este valor menor a la precipitación (PPT) promedio anual entre 2007 y 2015 842 mm. A partir de esto, se obtuvo el cálculo mensual de almacenamiento de agua en el perfil. Es importante señalar que se han utilizado los coeficientes de consumo de cultivo sin considerar el efecto de cobertura de rastrojos. La Organización de 2 las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), sugiere que el consumo Kc medio y Kc final, podrían reducirse entre un 5 y un 10% en suelos con cobertura orgánica.1 Encontrando que con esta información no se explican los rendimientos obtenidos, se realizó la misma tarea incorporando el doble cultivo Girasol – Soja, adoptado con alguna frecuencia en la zona, y en el caso de “Frentones”, en particular en las campañas 2011 – 2012 y 2012 – 2013.

Balance hidrológico seriado mensual

Se realizó el cálculo a partir de datos mensuales. Para el cálculo del almacenamiento se tomó la serie continua de datos en lugar de los promedios. Los datos climáticos fueron provistos por el Establecimiento “Las Praderas” en Frentones. El balance hídrico anual, con datos promedios, no muestra déficits significativos que afecten al rendimiento del cultivo. Tal como se comenta en el punto 1., este balance solo caracteriza de forma general a la zona , sin tener en cuenta la variabilidad anual.

Balance hidrológico decádico

Para avanzar en el estudio se realizó el balance hidrológico decádico (cada diez días), para diez campañas, 2007 a 2016, en 4 fechas de siembra para variedades de grupo VI de maduración, y para una fecha de un grupo VIII. De esta forma se obtiene la situación particular de cada año y se calculan probabilidades de ocurrencia de situaciones de interés. Se calculó, ajustando la fenología a las fecha de siembra, la probabilidad de ocurrencia de déficits hídricos en el período crítico y el déficit total en el ciclo para cada. Los resultados individuales, para cada fecha de siembra. 1 Evapotranspiración del Cultivo. Guías para la determinación de los requerimientos de agua de los cultivos. Roma 2006 3 La variedad de ciclo largo, 8473 solo fue analizada en fecha de siembra 5 de Enero, pues en la presente campaña (2015 2016) sembrada 15 de Enero se heló y no se obtuvo datos fenológicos para fechas de siembra mas tempranas. Se ha tomado de la bibliografía, (Kantolic y otros muchos), al R 4,5 – 5,5 como el período crítico de mayor sensibilidad a situaciones adversas.

Surge de este análisis, limitado por responder a tan solo 10 años de datos, que con variedades de grupo de maduración del grupo VI, un déficit hídrico mayor a 30 mm en R4,5 -­ R5,5, solo ocurre con siembras de alrededor de 15 de Enero, o más tardías. En el Establecimiento “Praderas” un déficit igual o mayor a 30mm en el período crítico, solo se dio en las campañas 2011/2012 (34mm) y 2012/ 2013 (38mm). (Hay una diferencia con los datos del INTA FRENTONES, donde solo llega a estos extremos en 2012/2013).

Si bien los datos de rendimientos proporcionados por la administración de “Praderas” no son únicamente de este establecimiento, se refleja en esas campañas un rendimiento de soja particularmente bajo, 1100 y 700 Kg/ha respectivamente. Sin embargo, en maíz los rendimientos fueron entre aceptables y buenos. Esto indicaría que el stress sufrido por el cultivo de soja no existió en el caso del maíz, lo cual crea interrogantes.

Analizando el déficit durante toda la campaña (Enero Abril), se advierte que el mismo solo explica parcialmente el mal resultado en las dos campañas mencionadas. 4 Ambas campañas, 2011 – 2012 y 2012 – 2013, en el caso de soja como único cultivo, comienzan con un bajo almacenamiento de agua en el perfil, 160 y 132 mm respectivamente, y no hay una importante recarga del perfil en enero y febrero. (La capacidad de almacenamiento para la textura de suelo predominante es de 180 mm). Analizando el almacenamiento que surge del balance hídrico que incluye al girasol como cultivo antecesor en la misma campaña, vemos que este se reduce a 111 y 52 mm respectivamente.

Una primera conclusión es que, al menos en el 20% de los años, el doble cultivo Girasol Soja limita severamente la posibilidad de buenos rendimientos en el segundo cultivo. Aún cuando el estrés hídrico en la las etapas fenológicas críticas explica gran parte del resultados, es interesante analizar el déficit hídrico durante todo el ciclo de soja en cada uno de los años del análisis con y sin doble cultivo. Los déficit hídricos resultantes, que en las campañas 2011 -­ 2012 y 2012 – 2013 fueron 44% y 89% mayores con el doble cultivo, terminan de explicar gran parte del resultado negativo de esas campañas. Analizando, para cada fecha de siembra, los déficits en el período más crítico, R4,5 R5,5 se explican mejor los resultados. Ante estos datos, es importante estudiar la disponibilidad de humedad de suelo en las fechas de siembra adecuadas de forma de planificar la logística de maquinaria para la siembra.

En todas las campañas existieron precipitaciones aptas para la siembra. En algunos casos, con humedad del suelo en el límite, pudo requerirse una ajustada logística de siembra.

Temperaturas

Para separar y analizar la probable existencia de stress por temperaturas, compararon las máximas medias y medias de los años en estudio. No surgen diferencias significativas que justifique, por si, las variaciones de rendimiento, siendo estas dependientes de la situación hídrica analizada, dependiente de precipitaciones y temperaturas medias similares.

Conclusiones

1. Surge para las campañas analizadas la conveniencia de sembrar variedades de grupo de maduración VI, o VII corto preferentemente de porte bajo .

2. Es riesgoso sembrar a partir del 10 de enero. Entre 2006 y 2015 ocurrieron lluvias adecuadas para siembras en diciembre o principios de enero. En estas fechas de siembra, para grupos VI no habrá problemas de helada y es muy improbable que sufran severos déficits hídricos.

3. La logística de siembra debe ajustarse a la posibilidad de completar el programa dentro de las fechas adecuadas.

4. Las variedades de grupo de maduración VIII sufren riesgos de helada en siembras de enero.

5. Mantener una buena cobertura de suelos con rastrojos contribuye a la economía de agua del suelo.