A octubre, la balanza comercial reportó un saldo negativo de al menos $us 782
millones, ya que las ventas al mercado internacional representaron $us 6.056
millones frente a las compras por $us 6.838 millones. La cifra negativa podría
ascender as $us 1.000 millones hasta fin de año, según datos del Instituto
Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
El gerente general del IBCE, Gary Rodríguez, explicó que las exportaciones de
productos tradicionales registraron un descenso de aproximadamente 7% en volumen
y al menos 27% en volar económico en relación a la pasada gestión.
Las exportaciones de los productos no tradicionales representaron un crecimiento de cerca de 17% en volumen y 3% en valor. “El comportamiento de este sector debería de llamarnos la atención, porque tuvo un ascenso pese a la crisis económica internacional”, indicó.
Rodríguez adelantó que el déficit en la balanza comercial ocurre por segundo año consecutivo después de 11 de mantener el superávit. Hasta el 31 de diciembre podría ascender a $us 1.000 millones frente a los $us 855 millones registrados en el 2015.
Para este año Bolivia registraría el déficit más elevado en la historia de su balanza comercial de los últimos 16 años. En la gestión 2000 las importaciones habían superado en $us 545 millones a las ventas, hasta entonces la cifra más alta.
El presidente del IBCE, Antonio Rocha, ponderó el crecimiento de las exportaciones de los productos no tradicionales que de alguna manera evitaron una mayor caída en la balanza comercial. “Pese a las adversidades climáticas este sector ha tenido un repunte frente a las tradicionales”.
Rocha planteó al gobierno volcar la mirada hacia el sector de las exportaciones no tradicional vinculado a los productos de origen agrícola y ganadero. “Hay que impulsar a este segmento de la economía boliviana porque podría tener mayores ventajas sobre las tradicionales”.
El titular del IBCE cree oportuno que el gobierno autorice el uso de la semilla genéticamente modificada en los cultivos a fin de abaratar los costos de producción y generar competitividad en el mercado internacional.
También sugirió levantar las restricciones y trabas colocadas a las exportaciones de alimentos de origen agropecuario, que este año han demostrado un crecimiento frente a la caída de las tradicionales.
Además proteger la producción nacional a través de la restricción del ingreso legal o ilegal de productos de origen alimenticio. “Tenemos que preservar la producción local para mantener las fuentes de empleo”.