Las precipitaciones en la mayor parte de la región pampeana provincia han vuelto a un régimen con milimetrajes modestos, los cuales en forma dispersa quiebran la barrera de los exiguos 10 milímetros sobre la franja central, y que sólo encuentran un contexto superador sobre el extremo norte de CB, algunos sectores del centro noreste de SF y el norte entrerriano. El resto de la región, ha transitado un par de semanas para el olvido desde este punto de vista. Al mismo tiempo la persistencia del tiempo estable ha permitido acelerar las labores de cosecha de la fina, la cual encontró en la falta de agua un aliado para morigerar el impacto de las enfermedades de fin de ciclo.
Cambiando del lunes para el martes, una perturbación frontal transitó rápidamente el territorio de la zona núcleo, solo encontrando niveles de humedad adecuados saliendo hacia las zonas agrícolas más marginales del norte de la región pampeana. Allí la inestabilidad pudo promover el desarrollo de nubes con mayor potencial pluvial, las cuales finalmente permitieron alcanzar marcas superadoras de los 30 milímetros.
Debemos considerar que en esta época del año, 30 milímetros semanales es lo mínimo necesario que los suelos reclaman para mantenerse con el perfil en niveles satisfactorios de humedad. Vemos que el contexto actual, es reticente a cumplir con esta oferta, lo cual redunda en un ajuste negativo en la disponibilidad de humedad.
Se espera que durante lo que resta del día y las próximas jornadas, los vientos del sector norte se intensifiquen. Esta situación debería preparar el escenario para el retorno de las precipitaciones cambiando del domingo para el lunes, o incluso antes en el norte de la provincia de BA. Para entonces se espera el pasaje de un nuevo frente, cuya velocidad de traslado y actividad se remite siempre a la disponibilidad de humedad que encuentre en la porción más baja de la atmósfera.
Estamos evaluando como positivo el cambio de patrón dinámico que se estaría consolidando desde el domingo. En principio las lluvias previstas cambiando para el lunes anticipan un paliativo que puede encontrar sustento en nuevas precipitaciones que se concretarían con el correr de la semana próxima. Esto puede marcar un paso mejorado en el recorrido de la última década del mes de diciembre, algo que el maíz recibiría con particular oportunismo.
Ahora bien el sur y el este de BA, como así también el sur de LP y el centro de CB, han ingresado en niveles de reserva que califican como sequía y demandan un nivel de precipitaciones muy improbable de satisfacer y que por otra parte no muestran los pronósticos. En este sentido, la seca en el sur de la región pampeana, encuentra argumentos para sostenerse y expandirse, con un escenario algo mejorado para el centro de CB, sobre todo por lluvias que pueden llegar en la semana próxima.
Justamente estas precipitaciones que pueden llegarle al centro de CB, no se ven tan claras para el sur de la región pampeana y en todo caso serían igualmente insuficientes. La zona requiere un evento anómalo de proporciones suficientes como para recargar en forma perentoria. Sin embargo debemos ser realistas y considerar que la lluvias normal de diciembre para el sur de la región pampeana, no supera los 90 milímetros, marca que ya es superada por la demanda. En el mejor de los casos las siembras de segunda en el sur de BA se harán con recargas superficiales y con mucho riesgo debido a la gran expectativa que habrá por la continuidad de las precipitaciones. Hoy, con la fina adelantada en su cosecha, podemos considerar que este inusual periodo seco, al menos encuentra a la zona con pocas hectáreas implantadas. Es decir, todavía hay margen para decidir sembrar y en tal acaso cómo hacerlo sin correr un riesgo demasiado elevado dentro de este contexto climático
El resultado de esta ausencia de lluvias o falta de volumen en la zona núcleo, converge en un previsible retroceso que devuelve a la zona también a un estado crítico. Quizá no podamos hablar de sequía generalizada en la franja central, pero la disponibilidad de humedad presenta muchos matices. Es razonable que en áreas donde los cultivos lograron buen desarrollo vegetativo, la perdida de humedad por sombreo entre surcos, sea menos significativa, sin embargo el estrés hídrico se siente. Por otra parte, las temperaturas comienzan a jugar un rol que potencia la perdida de humedad, con lo cual es vital que las precipitaciones reaparezcan a la brevedad y sobre todo que se confirme la tendencia hacia un paso más benévolo en la última parte de diciembre.
A esta altura debemos separar la demanda hídrica para optimizar las condiciones hídricas del atraso pluvial que arrastra el mes de diciembre. Entendemos que las perspectivas que muestran los pronósticos son auspiciosas como para que las sementeras muestren un repunte, aun cuando la estadística pluvial del mes no pueda ser alcanzada.