Las siembras de soja siguen paralizadas a causa de la falta de lluvias y continuarán así por varios días más, ante la ausencia de pronósticos de lluvia para en el corto plazo. La tranca comenzó sobre fines de la semana pasada y hasta entonces se habría podido plantar alrededor del 70% del área, según estimaron algunos técnicos agrícolas y empresarios consultados por El País, en el marco de un área que todos estiman será muy similar a la registrada en el ejercicio pasado (alrededor de 1,2 millones de hectáreas) e incluso podría llegar a incrementarse.
La oleaginosa es la que sigue pagando las cuentas y se afirma como el principal cultivo de verano. “Los precios de la soja están mejor que los del año pasado y todos tenemos la expectativa de que este grano sea el que seque a los productores de los pelos. Todos los problemas los viene tapando la soja y no se le puede pedir más”, aseguró a El País Carlos Foderé, director de Fadisol S.A..
Según Fimix Agrofinanzas, en el marco de un trabajo técnico publicado por Rurales de El País, comparando el cierre de la soja del 2 de diciembre 2015 vs 2016, se ubica US$ 50 por tonelada (en todas sus posiciones) por encima del precio de un año atrás. La película completa indica que sobre mediados del presente año, las subas llegaron a ser de hasta US$ 100. Se trata de un aumento de alrededor de 15% interanual. Descontando la inflación en dólares transcurrido ese año, considerando la baja de varios insumos y servicios, la rentabilidad experimenta una leve mejora, por lo menos para conseguir un margen que haga valer la pena invertir en este negocio, sobre todo en aquellos campos que no sean los mejores.
Mientras tanto, las cosechas de cebada y trigo prácticamente están en las últimas. “En principio hubo algún problema con baja proteína pero los rendimientos fueron mejores a los esperados”, afirmó Foderé con relación al cultivo de cebada. Algunos cultivos que habían nacido en forma despareja y aquellos que tuvieron problemas de nacimiento, nunca fueron considerados por los productores como cultivos con mucha expectativa de rendimientos. En muchos de esos casos, “los rendimientos están siendo satisfactorios y hasta un poquito mejor de lo previsto”, admitió Foderé. Se estima que falta levantar 10% de la cebada y 20% del trigo.