En la Argentina el precio de la soja de la
nueva cosecha
en el Matba registró subas de US$ 9, equivalentes al 3,5%. Todo el
complejo
soja registró subas en el momento en que los farmers estadounidenses ya
vendieron buena parte de su cosecha y ahora están sentados arriba
esperando
mejores precios.
El comportamiento del mercado hasta el momento
les ha
dado la razón, pero en el caso del trigo hubo bajas de US$ 10 o del 6%
en el
mismo periodo, mientras que el maíz mantuvo casi el mismo valor.
Una respuesta simplista a la suba sería, "están
comprando los chinos". Es cierto, pero los chinos compran poroto de
soja.
¿Por qué suben entonces el aceite y la harina? "La India está comprando
más aceite y Europa hace lo mismo con la harina", podría ser otra de
las
respuestas. "El efecto Trump podrá haber influido tanto en la
estrategia de
los productores y frenar la venta de soja disponible esperando algún
cambio en
el mercado", este es el argumento más difícil de sustentar tratándose
de
la solidez que ha demostrado tener la política agropecuaria de EE.UU.
más allá
de los cambios presidenciales.
Finalmente, ¿qué otro factor que no estamos
viendo podría
estar induciendo a los fondos no comerciales a incrementar su posición
comprada
de soja en Chicago? Toda posición comprada implica una visión alcista.
¿Qué
están viendo los fondos que no está viendo el resto del mercado? Para
poder
ensayar esta respuesta debemos apelar a la memoria: abril de 2016, los
fondos
comienzan a armar una sólida posición comprada ante pronósticos de una
grave
sequía en EE.UU. que debería haber ocurrido en agosto de este mismo
año. La
famosa "sequía que no fue" y que, por el contrario, dejó cosecha
récord de soja y de maíz.
Existen hoy informes de consultores climáticos
que están
pronosticando fuertes pulsos de sequía y elevadas temperaturas en
Sudamérica.
Incluso se conoció un informe privado que anticipa una caída en la
productividad de la soja y del maíz. La gran duda entre todos los
operadores es
si esta vez los fondos se volverán a equivocar.