El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren , afirmó ayer que el Gobierno espera llegar a un acuerdo en los próximos días con las empresas petroleras para definir un criterio que permita lograr una convergencia de los precios internos del petróleo y de los combustibles con los internacionales el año próximo.
La administración de Mauricio Macri continuó un acuerdo sectorial que estipula un precio del denominado barril criollo, por encima de la cotización internacional, con el objetivo de sostener la actividad petrolera, en especial en las provincias patagónicas.
El funcionario mantuvo reuniones con directivos de empresas productoras y refinadoras de crudo y volverá a reunirse con ellos el lunes, en procura de un acuerdo que, afirmó, implicará "un gradualismo para llegar al precio internacional en junio o julio de 2017".
El convenio también comprenderá una política de precios para las naftas y el gasoil a partir de enero del año próximo. Aranguren repitió ayer en declaraciones a Radio Mitre que el Gobierno no espera nuevas subas en los surtidores en lo que resta de 2016. "Hemos discutido con las empresas del sector que no vemos que haya lugar para nuevos aumentos de combustible para lo que resta del año", sostuvo.
La política que se seguirá con el precio local del crudo "se verá reflejada en el precio al público de los combustibles, teniendo en cuenta dos variables: la materia prima y la evolución del tipo de cambio", explicó el ministro.
Presión por los precios
En forma paralela, las refinadoras pusieron sobre la mesa su interés por aumentar los precios de los combustibles. Sucede que la devaluación del peso fue superior al 60% en el transcurso del año, mientras que la suba de los combustibles rondó el 30 por ciento.
El petróleo, que se paga en dólares y es la principal materia prima de las destilerías, representa un 80% de sus costos. De manera que no pudieron trasladar la totalidad de la suba en sus costos en lo que va del año.
Las discusiones con las productoras y con las refinadoras, integradas y no integradas, incluyen la revisión a la baja del actual esquema de precios diferenciados para el crudo local en sus variedades Medanito y Escalante, que hoy se ubican en torno de los US$ 61 y US$ 52 el barril, respectivamente, frente a una cotización internacional que ronda los US$ 48.
Hace 10 días, la petrolera bajo control estatal YPF confirmó que daría de baja 33 equipos de producción en la Patagonia que estaban en suspenso desde febrero, lo que afectaría a unos 1700 trabajadores de las empresas tercerizadas de servicios.
Para moderar los efectos sobre la actividad de una disminución en el precio local del petróleo, el Gobierno, los sindicatos y las compañías mantienen negociaciones con vistas a firmar un acuerdo que permita bajar los costos para la explotación en yacimientos no convencionales de la cuenca neuquina.