Al filo del cierre del año parlamentario, la oposición en la Cámara de
Diputados logró ayer dejar sus diferencias de lado, se unificó detrás de un
proyecto común para reformar el impuesto a las ganancias y le propinó al
Gobierno la derrota política más dura desde que Mauricio Macri llegó al poder.
De acuerdo con el texto acordado y aprobado anoche por la oposición en general
por 140 votos a favor, 86 en contra y 7 abstenciones, el mínimo no imponible, el
umbral a partir del cual los trabajadores pagan el impuesto, aumentará casi un
50 por ciento: para los empleados solteros pasaría de los actuales $ 18.800 de
bolsillo a unos $27.700 netos; para los que son padres de dos hijos, de $ 25.000
de bolsillo a unos $ 36.300 netos. Para financiar los cambios, se propone crear
nuevos impuestos, al juego y a la renta financiera, y reponer las retenciones a
la minería, eliminadas por el Presidente a principios de año.
De una dimensión política que sólo se había dado durante la votación de la
ley antidespidos, luego vetada por Macri, el acuerdo terminó de cambiar el
escenario en el Congreso, hoy adverso para la Casa Rosada. La conferencia de
prensa en la que se anunció el texto de unidad incluyó al Frente para la
Victoria (FPV), el Frente Renovador (FR), el Bloque Justicialista (BJ), el
Frente Amplio Progresista (FAP), el Movimiento Evita y Proyecto Sur. Una postal
inusual y preocupante para el oficialismo. "Buscamos un fino equilibrio para
atender las necesidades de los trabajadores sin desfinanciar a las provincias",
dijo Oscar Romero, presidente del BJ, al abrir la conferencia. Sólo quedaron
fuera del acuerdo el Frente de Izquierda (FIT), que reclamó eliminar el impuesto
para todos los asalariados, y los bloques provinciales aliados del Gobierno.
Si el proyecto opositor llegara a convertirse en ley (ahora pasó al Senado), un
millón de trabajadores dejarían de pagar el impuesto. Esto es la mitad de los
alcanzados por el tributo, un universo que hoy ronda el 20% de los empleados
registrados. A eso hay que agregar a los jubilados, que, según el acuerdo
opositor, sólo pagarán a partir de los $ 60.000 brutos.
En el comienzo del debate en el recinto el oficialismo rechazó el acuerdo y denunció una maniobra de desestabilización. "No es un problema técnico; es un problema político. Se quieren llevar por delante al Gobierno, con un desfinanciamiento de la Nación y de las provincias, con una reforma que no hicieron durante 12 años", dijo Luciano Laspina, en referencia al kirchnerismo. "Son los voceros de una reforma regresiva. ¡Háganse cargo!", agregó, enfurecido, entre los gritos que le llegaban de las bancas opositoras.
Además de modificar el piso, la oposición propone que estén exentos del impuesto, con excepción de las escalas más altas, los viáticos, el aguinaldo y los bonos por productividad. Se agregan además nuevas deducciones, como los alquileres de vivienda única, con un límite de hasta $ 66.000 por año. Además, se mejoran las deducciones por créditos hipotecarios y se aumenta en un 45% la deducción por zona desfavorable para los trabajadores de la Patagonia, incluida La Pampa.
El proyecto opositor contempla la creación de nuevos impuestos para cubrir el costo fiscal generado por la reforma, de unos $ 65.000 millones, unos $ 32.000 millones más que el dictamen del oficialismo. Se propone reponer las retenciones del 5% a la minería, crear un impuesto del 10% a las máquinas tragamonedas, otro del 7,5% a las apuestas online, gravar los plazos fijos mayores a $ 1.500.000, las ganancias de las Lebac, la remisión de dividendos al exterior y el reparto de dividendos. También se crea un impuesto extraordinario al dólar futuro.
Se decidió además, en línea con un proyecto del oficialismo, que los jueces que asuman a partir de ahora paguen el impuesto, aunque el tributo no alcanzará a los empleados del Poder Judicial. Otros dos cambios importantes. Se establece un índice de actualización automática del mínimo no imponible, de acuerdo con la variación salarial. La intención es que sólo pague Ganancias el 10% de los trabajadores registrados. Se dispone además la duplicación de los topes de facturación de los monotributistas.
Tras recordarle al oficialismo que Macri había prometido en campaña que los trabajadores no iban a pagar Ganancias, la oposición respondió a las críticas de Laspina. "Se han mostrado generosos con los sectores concentrados y cuando llega el turno de los trabajadores dicen que se les acabó la plata", dijo Axel Kicillof. "El oficialismo no quiso llegar a un acuerdo. El proyecto que vino del Ejecutivo terminaba incorporando nuevos trabajadores al impuesto", se sumó Marco Lavagna.
Los puntos del proyecto de la oposición
Mínimo no imponible
Se prevé un aumento de casi el 50%. Para los trabajadores solteros, pasaría de $ 18.800 de bolsillo a $ 27.000 netos. Para los padres de dos hijos, de $ 25.000 de bolsillo a $ 36.300 netos
Escalas
En línea con el proyecto del oficialismo, se crea una nueva escala en el extremo más bajo, que es del 5%. El extremo más alto queda en el 35%
Nuevas deducciones
Se crean nuevas deducciones, como para el alquiler de vivienda única, con un límite de hasta $ 66.000 por año. Se mejora la deducción por créditos hipotecarios y se aumenta en un 45% la deducción para los trabajadores de la Patagonia
Menos contribuyentes
Con los cambios propuestos van a pagar Ganancias la mitad de los empleados alcanzados hoy por el impuesto. En la actualidad, pagan unos 2 millones de trabajadores, el 20% de los asalariados registrados
Actualización automática
Se establece que sólo el 10% de los trabajadores registrados paguen el impuesto. El mínimo no imponible se va a ajustar de manera automática, según la variación salarial
Nuevos impuestos
Para hacer frente a la rebaja impositiva, la oposición propone crear nuevos impuestos, al juego y a la renta financiera. Sería de un 7,5% para las apuestas online y del 10% para las tragamonedas. También pagarían Lebac, plazos fijos mayores a $ 1.500.000, reparto de dividendos, el dólar futuro e inmuebles improductivos
Costo fiscal
El proyecto opositor tiene un costo de $ 32.000 millones más que el del oficialismo. Pero la oposición asegura que no generará costos porque los nuevos impuestos equilibran las cuentas de la Nación y de las provincias.