La soja registró ayer la séptima rueda alcista consecutiva en la Bolsa de Chicago, donde sus contratos enero y marzo sumaron US$ 3,67 y terminaron la jornada con valores de 388,01 y de 391,14 dólares por tonelada. Así, la oleaginosa quedó con el nivel de precios más alto desde mediados de julio último. Esta prolongada tónica positiva responde a la combinación de demanda genuina y de la siempre activa participación de los fondos de inversión especuladores en el mercado estadounidense.
Por el lado del primer fundamento, el viernes pasado el Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) relevó
exportaciones semanales de soja por 1.898.600 toneladas, por encima de las
1.418.700 toneladas del informe anterior y del rango previsto por los
operadores, de 1,2 a 1,5 millones de toneladas. El dato oficial superó
holgadamente el promedio de ventas semanales necesario (1,07 mill./t) para
cumplir con el objetivo del ciclo comercial, de 55,79 millones de toneladas.
Ayer, en su trabajo semanal sobre inspección de exportaciones, el USDA relevó
un volumen de soja de 2.091.000 toneladas, por debajo de las 2.666.079 toneladas
del lunes pasado, pero cerca del máximo calculado por el mercado, en un rango
que fue de 1,8 a 2,1 millones.
Además, el miércoles la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos
sumó demanda doméstica de aceite de soja, al elevar el mandato de uso de
biocombustibles en la industria energética estadounidense. Esta disposición para
2017, que elevó en casi un 19% la participación del biocombustible denominado "advanced"
(incluye el biodiésel en base a soja), generó un fuerte movimiento alcista del
valor del aceite, que favoreció también los precios del poroto de soja.
Y dentro del segundo fundamento, los fondos de inversión especuladores han
sido activos compradores de contratos de soja en las últimas siete ruedas en
Chicago, por la previsión de que el USDA eleve en su próximo informe mensual de
oferta y demanda de granos -9 del mes próximo- el volumen del saldo exportable
de EE.UU. y el del uso doméstico, dos ajustes que deberían reducir el elevado
stock final de la oleaginosa estadounidense, calculado en 13,08 millones de
toneladas en el reporte de noviembre.
Entre los factores que pueden atentar contra el resurgimiento del valor de la soja aparecen la fortaleza del dólar, que les resta competitividad a las exportaciones estadounidenses frente a los proveedores sudamericanos, y la incertidumbre respecto de las políticas que el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, pueda implementar, por ejemplo, en materia de energías alternativas y petróleo.