La Asociación Argentina de Girasol volvió a recordar que la industria está evitando recepcionar granos con insecticidas porque el mercado europeo, que la Argentina ha perdido por no responder a las exigencias en materia sanitaria y que toda la cadena de valor del girasol trata de recuperar, no acepta siquiera trazas de insecticidas.
“Deberían pasar al menos dos campañas sin presencia de insecticidas en los granos de girasol para recuperar la confianza del mercado europeo”, reflexionan los especialistas de la cadena del girasol y destacan que la importancia de este mercado para la Argentina es clave. Europa demanda aceite de girasol en forma constante. Más allá de cuál sea el precio del mercado. Esto da una garantía de continuidad muy valorada para cualquier vendedor.
Frente a esta realidad, desde ASAGIR realizan un pedido específico a los productores o acopiadores que remiten granos a fábrica y tienen problemas de insectos en su mercadería: “consulte con el comprador antes de aplicar insecticidas”.
Existen métodos que le permiten a la industria detectar la presencia de insecticidas en granos cuando estos productos han sido aplicados a horas de la recepción. Si el productor se arriesga a enviar la mercadería con insecticidas puede recibir el rechazo por parte de la industria.
Riesgos en la mezcla de girasoles
Otro de los desafíos a los que se enfrenta la comercialización del aceite de girasol es la práctica de mezclar girasol linoleico con alto oleico. Así lo advierte ASAGIR, quien recomienda cultivar, almacenar y entregar cada tipo de girasol por separado; a la vez que aconseja a los productores de alto oleico asegurarse un contrato antes de que se realice la siembra.
“Hay mucho girasol alto oleico en el mundo y no hay gran demanda”, apuntaron desde la entidad. La recomendación: si el productor tiene alto oleico es importante que haga un contrato y no mezcle distintos tipos de girasoles porque su mercadería será rechazada. “Todo depende del destino que tengan los granos. Si el aceite derivado de ellos es para aderezar, no hay problema, pero si el destino es la industria, para elaborados específicos como frituras o mayonesa, ahí aparecen las dificultades y la mercadería deja de servir”, explicaron.
Ante la diversidad de tipos de aceite de girasol, el mercado siempre es quien termina imponiendo sus preferencias. En el caso de uso doméstico, el consumidor no encuentra demasiadas diferencias entre uno y otro tipo de aceite a la hora de freír una milanesa o condimentar una ensalada. Pero los problemas aparecen en el sector industrial, en donde sí se requiere de un tipo de aceite específico para el procesamiento y elaboración de sus productos.