SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Poco más de dos meses después de que los productores frutícolas de Río Negro regalaron 10.000 kilos de peras y manzanas en la Plaza de Mayo para poner de manifiesto la crisis del sector, el gobierno provincial llevó al presidente Mauricio Macri un plan para recuperar la fruticultura.

El plan, entregado por el gobernador Alberto Weretilneck, incluye un crudo diagnóstico de la actividad y evalúa los costos que hacen a la pérdida de competitividad, que hicieron que en los últimos años se redujera un 30% la cantidad de productores, cayera la superficie plantada en unas 4000 hectáreas y se redujera la cosecha distribuida entre el mercado interno y el externo en 200.000 toneladas.

La crisis del sector volvió a evidenciarse el mes pasado, cuando se conoció el cierre de la planta de empaque de Expofrut (la principal exportadora frutícola) en Allen, con 130 despidos, y la misma empresa anunció la puesta en venta de otra planta similar en General Roca, donde operan 70 trabajadores, quienes tienen un destino incierto.

Además de los problemas laborales y la alta presión impositiva, el gobierno sumó a su diagnóstico la baja calidad en la fruta para empacar por la falta de capital de trabajo para hacer frente a las tareas culturales y el atraso tecnológico como principal problema.

Con el diagnóstico en mano, el gobierno avanzó en "una propuesta para un cambio estructural histórico en la fruticultura rionegrina, apoyado en la implementación de la innovación tecnológica tanto en la chacra como en el empaque".

La innovación tecnológica es uno de los pilares del plan de transformación para equiparar la actividad con la de sus principales competidores, como Chile, Sudáfrica y Nueva Zelanda, que en el último tiempo absorbieron mercados que tradicionalmente eran abastecidos por la fruta rionegrina. La innovación tecnológica de rápido impacto -según el plan provincial- repercutiría en una baja de los costos de producción y empaque que haría competitiva la actividad respecto de otros países productores.

Con la tecnología -de la cual no se dio detalle en el plan- se pretende bajar entre 4 y 5 dólares el precio de la caja de fruta (equivalente a 18 kilos) para exportación, pasando de un precio actual promedio de 19 dólares (incluye mano de obra, insumos, cargas patronales y logística) a 14 dólares. Se plantea además una oferta de fruta diversificada, con la plantación de otras especies y nuevas variedades de peras y manzanas, sumado al desarrollo de mercados de interés para el sector con acuerdos comerciales prioritarios con Rusa, Oriente (la India y otros países de la región), América latina y el Caribe.

La fruta rionegrina perdió peso en los mercados externos ante otros competidores, como Chile. Por eso en 2011 se exportaron en total 676.598 toneladas, cifra que bajó a 429.427 este año. En el mercado interno el retroceso fue menor: de 365.056 toneladas vendidas en 2011 a 309.427 este año. Para repuntar en este segmento, el gobierno prevé acciones en "innovación de envases, promoción, logística y nuevos canales comerciales".

Para los chacareros, el primer eslabón de la cadena, el nuevo modelo frutícola apunta a "un sistema de organización frutícola más eficiente con información, donde el productor pueda tomar decisiones de qué plantar y, además, elaborar su propia liquidación de fruta", un modelo similar al de Italia.

Aunque no se habló de fondos específicos en la reciente reunión mantenida entre Macri y Weretilneck, se acordó avanzar en un nuevo esquema con el consenso de todos los sectores, incluyendo a exportadores, productores y trabajadores, que esperan ser convocados.

23/8/2016

Llamado de atención en la Plaza de Mayo

La crisis de la fruticultura, que desde hace dos años afecta el Alto Valle del Río Negro, la principal zona productora de peras y manzanas del país, se hizo visible hace tres meses, cuando productores patagónicos regalaron frutas en la Plaza de Mayo. Advirtieron que si no había soluciones se correría el riesgo de que cerraran más chacras y se perdieran puestos de trabajo.