La campaña 2016/17 podría dejar, estimativamente, un saldo de producción de
más de 122 millones de toneladas de granos, que valuadas por el precio doméstico
esperado a cosecha según se obtiene del FAS Teórico, equivaldría a u$s 26.100
millones. A ello se le sumarán, además, 13 millones de toneladas de aceites
vegetales y 42 millones de harinas y subproductos. Aproximadamente 90 millones
de toneladas de granos y subproductos tendrán como destino el mercado
internacional, facilitando un ingreso de divisas por casi 30.000 millones de
dólares, 1.000 millones de dólares más que en la anterior campaña 2015/16.
En relación a los granos, nuestro análisis asume un incremento de la
producción del orden del 25% para trigo y maíz, y algo más del 30% para el
girasol. La producción de soja, en tanto, se mantendría prácticamente invariable
mientras que la de sorgo podría perder hasta un 15%, y “el resto” de los
productos un 14% (agrupamos aquí los cultivos de algodón, alpiste, arroz, avena,
cártamo, cebada, centeno, colza, lino, maní, mijo y trigo candeal). En total, la
producción de granos 2016/17 sumará un 9% a la obtenida en el ciclo 2015/16,
pasando de 112 millones de toneladas a más de 122 millones, una buena noticia
para nuestro país.
Respecto a los precios, sin embargo, la profundización de la fase decreciente
del ciclo de las materias primas que vimos en el último ejercicio impactará
sobre las cuentas del agro, y el valor promedio ponderado de nuestra producción
caerá un 7% en relación a la campaña anterior. Producto de precios más bajos, el
valor de los bienes obtenidos para los productores el mercado doméstico (los
26.100 millones de dólares comentados antes) sólo representan un avance del 1%
respecto a los 25.800 millones de dólares a valor FAS teórico que dejó la
producción de cereales y oleaginosas en el año comercial 2015/16.
A partir de allí, el aumento que sufren los costos de comercialización para
el productor, entre los cuales el flete tiene una alta ponderación, hace que el
valor en tranquera de la producción de granos de nuestro país para la nueva
campaña sume, estimativamente, u$s 20.300 millones, y ello es 7% menos de lo que
dejaban los granos el ciclo previo.
Sin embargo, en parte debido a la devaluación y en otros casos porque algunos
componentes de los costos de producción y estructura han visto reducir su
impacto en la ecuación de costos totales (por ej., fertilizantes como la urea),
han mejorado los márgenes del productor. Así las cosas, lo que efectivamente
quedará en manos del sector productor rondaría los u$s 6.400 millones, mostrando
un significativo avance en relación a los u$s 4.000 millones que quedó en sus
manos la campaña previa.
En lo que respecta a a la exportación de granos, ésta podría alcanzar,
estimativamente, los 48,2 millones de toneladas, un 40% de la producción y un 5%
más, en volumen, que el año anterior. En relación al valor global de estas
exportaciones, frente al citado debilitamiento de las cotizaciones
internacionales éstas sumarían u$s 11.200 millones, un 2% menos respecto a los
u$s 11.400 millones que dejaron las ventas al exterior de granos y subproductos
en el ciclo 2015/16. Entre los granos, resultaría destacable el caso del
girasol, que podría aumentar cerca de un 40% los envíos al exterior en el nuevo
ciclo.
Harinas y subproductos
Para el rubro de harinas y subproductos, el avance en la producción de granos
facilitaría una suba del 7% en su output global para la campaña 2016/17, hasta
los 42 millones de toneladas. La producción de harina de soja en particular
podría alcanzar los 33,3 millones de toneladas, un 10% más que en la campaña
anterior y representando así el 80% del total de harinas que se producirán en el
país.
En el caso de las harinas, el 80% de la producción tendrá como destino el
mercado externo, y permitirán generar divisas por un total de u$s 12.100
millones. Dada la pérdida que ha sufrido la participación del subproducto en el
valor del crushing durante los últimos meses como consecuencia de la caída de su
precio, el 14% que crecería el volumen exportado se opacaría por la caída
promedio del 9% en su precio, y como resultado el valor de las exportaciones
“apenas” crecería un 3%, pasando de 11.700 millones de dólares en la campaña
2015/16 a u$s 12.100 millones en la 2016/17.
Perspectivas para los aceites vegetales en la campaña 2016/17
La producción de aceites vegetales en la nueva campaña podría sumar un 8%
hasta los 13,1 millones de toneladas en la campaña nueva. El output de aceite de
soja, específicamente, rondaría en este escenario los 8,6 millones de toneladas,
en tanto que de biodiesel podrían obtenerse 3,1 millones de toneladas.
Del total producido, el 60% (unas 5 millones de toneladas) tendrían como
destino el mercado de exportación. Dicho tonelaje representa a su vez un avance
del 8% en relación al año anterior. Sin embargo, en el caso de los aceites
vegetales las perspectivas de precios aparentan en el corto y mediano plazo ser
algo más sólidas que para el resto de los derivados oleaginosos
(fundamentalmente a raíz de los problemas productivos de la palma en Malasia),
frente a lo cual el valor de estos envíos al exterior crecería un 16% respecto
al ciclo precedente.
Recapitulando, las exportaciones totales de cereales, oleaginosas y subproductos en la nueva campaña 2016/17 están en condiciones, si el clima acompaña, de superar las 90 millones de toneladas, un 9% más que el año anterior. En dólares, ello facilitará una generación de divisas casi u$s 30.000 millones que, ante la caída de precios del último ejercicio, representarán una ganancia del 4% en relación al ciclo precedente.