Productores y profesionales de servicios vinculados con el campo ya hacen estimaciones del costo que tendrá la inundación en la zona de General Villegas, en el noroeste bonaerense, tanto en lo productivo como eventualmente en el empleo.
Si bien el fenómeno afecta varias actividades vinculadas con el sector, desde
la agricultura hasta el tambo, pasando por la ganadería, las primeras
estimaciones se están centrando sobre el impacto en la producción agrícola.
Paralizada la campaña de siembra de maíz, y sin haber podido comenzar la de
soja, se estima que sobre unas 380.000 hectáreas que pueden destinarse a
agricultura (sobre más de 700.000 de todo el partido) unas 204.000 hectáreas
están con agua y con serio riesgo de no sembrarse en el nuevo ciclo. No poner en
producción eso tendría un impacto de $ 734,4 millones, según calculos que
circulan entre productores.
"Sin incluir las pérdidas en leche y ganadería, las pérdidas van a ser por lo
que se va a dejar de sembrar", expresó a LA NACION Héctor Quiroga, ingeniero
agrónomo, contratista e integrante de la Sociedad Rural de General Villegas.
Según Quiroga, muchos productores recién van a poder sembrar en diciembre,
con menores expectativas de rinde por el atraso en la siembra respecto de las
fechas óptimas para hacerlo. Por eso, no se descarta que las pérdidas puedan ser
mayores si las labores no logran iniciarse antes del 15 de diciembre próximo.
De lo que se llegó a sembrar en maíz y algo de girasol, el estado es crítico.
"Hay cultivos con 20, 30 centímetros y 1,20 metros de agua", dijo el mismo
productor al programa Melo junto al campo, por Radio Colonia. "El 2017 está
perdido", añadió.
Mientras en ganadería los productores siguen tratando de ubicar la hacienda en los pocos lugares altos que encuentran en los campos, también están complicados los tambos, unos 120 establecimientos en la región. Quiroga contó que un tambo grande se vio obligado ya a tirar 19.000 litros por dificultades para sacar la producción debido al estado de los caminos.
José Beltramino está al frente con su padre de una empresa familiar que se dedica a la fumigación agrícola. A unos pocos kilómetros de la ciudad tiene una fracción de campo de cinco hectáreas donde posee un hangar con tres aviones y una pista.
Hoy allí todo está inundado, sin posibilidades de operar. Fuera del hangar hay 70 centímetros de agua y adentro, 10 centímetros. En el hangar no hay más agua porque está en una parte elevada del terreno y los aviones se encuentran sobre tacos de madera puestos de apuro para evitar que el agua los alcance.
Con el lugar inutilizable por la inundación que afecta esta zona del noroeste bonaerense, Beltramino está preocupado por el impacto del fenómeno en su trabajo. Tuvo que suspender trabajos que tenía previstos y cree que va a estar un tiempo sin poder hacerlo.
"No se puede hacer nada así; está todo inoperable", relató. "Tenía trabajos previstos y los tuve que suspender", agregó.
Según Beltramino, una vez que el agua se retire del lugar, en un tiempo que ahora le resulta difícil calcular, deberá hacer trabajos sobre la pista de césped que posee el lugar.
"Como mínimo vamos a estar dos meses sin trabajar y creo que va haber menos trabajo debido al panorama en la zona", indicó.
Créditos y otros beneficios
Tras la declaración de la emergencia, el gobierno bonaerense dispuso ayer que los productores inundados de General Villegas, Carlos Tejedor, Rivadavia y Florentino Ameghino contarán con créditos y exenciones o postergaciones en el pago de impuestos. Entre otros funcionarios, el ministro de Agroindustria provincial, Leonardo Sarquís, y el presidente del Banco Provincia, Juan Curutchet, ayer estuvieron en el lugar.