Cambiando del viernes para el sábado se observaron algunas precipitaciones sobre zonas del este de CB, centro de SF y el oeste y el norte de la provincia de ER, con algunos sectores puntuales que lograron quebrar la barrera de los 10 milímetros. En general las lluvias fueron débiles inferiores a los 5 milímetros y no se expandieron hacia el este y hacia el sur de la zona agrícola. Si bien las coberturas nubosas se mantuvieron durante la jornada del sábado, el tiempo mejoró rápido el domingo y los vientos del norte favorecieron el rápido crecimiento de las marcas térmicas.
Las últimas precipitaciones han cerrado la performance pluvial del mes de septiembre, por cierto deficitaria. Sobre el este entrerriano se han generado corredores con acumulados de lluvia más generosos, sobre todo por lo sucedido en la primera quincena del mes. Igualmente en esta franja del este que puede considerarse como la más húmeda durante septiembre, ha sido difícil superar la barrera de los 50 milímetros. A grandes rasgos podríamos resumir que en septiembre sobre el este las lluvias se ubicaron entre un 50 y un 60 por ciento de los valores normales, mientras que para la franja oeste, este guarismo desciende al 25 por ciento, o incluso menos hasta alcanzar valores nulos. El comportamiento empobrecido que presentó el mes de agosto, no encontró soluciones en septiembre, no al menos en forma generalizada. Quizá el este de BA y parte del norte de esta provincia fueron una excepción donde los lotes aptos para las siembras tempranas se vieron favorecidos.
Los vaivenes térmicos que caracterizaron el mes de septiembre sin duda han retrasado la transición estacional y la evolución hacia una oferta de agua más generosa.
Todo parece indicar que las lluvias no se harán esperar demasiado en el comienzo del mes de octubre. Por lo pronto no es el centro este de la región pampeana, la zona que recibiría en forma perentoria las primeras lluvias de importancia. La tendencia es más favorable para las zonas mediterráneas. A pesar de esta temporaria desavenencia para el este de la zona núcleo, somos optimistas de cara a un cambio del patrón pluvial a gran escala.
Naturalmente las reservas se han ajustado a la baja. El aporte de las modestas precipitaciones observadas en el comienzo del fin de semana pasado sobre el oeste, no fueron suficientes para quebrar el persistente retroceso que se venía observando, principalmente en la franja triguera mediterránea. La demanda de los cultivos de la fina fortalece este comportamiento, independientemente de la pobre performance de las variables atmosféricas.
El contexto pluvial ha provocado una fuerte irregularidad en el avance de las siembras de maíz. Es posible que las últimas lluvias hayan generado algunas excepciones en escala reducida, pero el patrón hídrico no es el mejor para el avance parejo de la implantación.
Dentro de las actuales circunstancias pluviales podemos considerar como favorable que los últimos cambios de ambiente no se han traducido enfriamientos de riesgo para el trigo. Es decir no se han concretado heladas en la zona núcleo tributaria de Rosario, que en estas instancias ya podrían considerarse tardías y dañinas para la gramínea.
Es evidente que los cultivos de invierno que no han logrado alcanzar reservas profundas, están transitando el período de floración en condiciones más ajustadas que las previstas. Al no haberse concretado las lluvias de mantenimiento, la entrada del cultivo al período de mayor demanda, encuentra suelos mal provistos de humedad y posiblemente esto afecte los rendimientos.
Tanto para el cierre de la campaña de granos finos como así también para la recuperación del ritmo en las tareas de siembra, es necesario una mejora en la oferta de agua. Octubre es un mes que estadísticamente suele traer respuestas positivas en este sentido. Las próximas semanas irán mostrando como se ajusta la realidad al comportamiento esperado. Por lo pronto los pronósticos son auspiciosos.