Como seguramente recordamos, en diciembre del año pasado la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) subió la tasa de interés de referencia por primera vez en casi 10 años.
Y las luces de alarma se encendieron.
A partir de ese momento, con rendimientos positivos los fondos de inversión e inversores particulares o institucionales han estado tentados a canalizar su liquidez hacia papeles financieros en detrimento de los commodities.
Entre ellos, los agrícolas. Y así los precios de los commodities como la soja comenzaron a someterse a nuevas amenazas.
La experiencia histórica muestra con toda claridad la existente correlación negativa entre el precio internacional de la soja y la tasa de interés de referencia.
Por ejemplo, en el período 1978-1982 cuando la tasa estaba en la alturas -entre el 10% y el 15% anual, el precio de la oleaginosa se ubicaba en niveles muy bajos. Giraban apenas por encima de U$D 200.-
Por otra parte, cuando la tasa cae, la evolución de los valores sube. A partir de 2008, la tasa de interés de referencia queda en tan sólo el 0,25% anual. Entonces el precio crece vertiginosamente.
En suma, podría decirse que, en principio, tanto menor sea la tasa de referencia, mayores serán los precios de la soja.
Para agregar un elemento más, vale remarcar que cuando la tasa sube, el valor del dólar en términos de las restantes divisas también lo hace.
¿Por qué? Porque la liquidez internacional tiende a buscar la mejor rentabilidad y por lo tanto aumenta la demanda de dólares y así se incrementa su paridad.
Cuando aumenta el dólar, obviamente, bajan las monedas como el euro; y así queda desalentada la importación de productos como la soja.
Pues bien… ¿a qué viene esta reflexión?
Es que la Reserva Federal acaba de anunciar que no subirá la tasa de interés. Una vez más ha aplazado la suba de tasas.
La noticia es buena porque desde hace meses se viene prediciendo un sustancial aumento de la tasa de interés. Y hasta ahora….nada.
Además, ello contribuyó a disminuir el riesgo país de Argentina. Bajó a 428 puntos.
La titular de la Reserva, hace pocas horas, afirmó que por un buen tiempo no hay razones para subir la tasa. Cuando todos los analistas financieros señalaban que la tasa de referencia iría en suba.
Y todo indica que no hay motivos y, por ende, decisión para elevarla. Porque los fundamentos económicos en EE.UU. no requieren de ello.
Se pensaba que la etapa de dinero “barato” en el mundo había acabado. Pero ahora hay indicios de que no necesariamente vaya a ser así.
Con esta noticia, vemos que es posible que no lo haga; y que si lo hace, será en medida discreta.
Obviamente, un fantasma que amenaza los precios se ha evaporado.