En plena disputa por los aumentos de tarifas, el verano parece una costa lejana para los usuarios de servicios públicos, pero no para quienes están en contacto día a día con las generadoras de energía, los cables y los transformadores.
Según las consultas hechas por LA NACION, el presidente de una de las mayores generadoras del país, que pidió reserva de su nombre, lo explicó en estos términos: este verano las máquinas estarán en una situación similar a la del complicado 2015 (cuando se les hizo poco mantenimiento por las dificultades económicas del sector), pero con un año más de uso encima.
A eso se suma que llovió mucho menos de lo previsto en la región del Comahue, uno de los pulmones eléctricos del país, cuyos recursos hidroeléctricos estarán diezmados.
El Gobierno jugará dos cartas para moderar los problemas. En primer término, espera contar con 545 megawatts adicionales para el verano que surgirán de una licitación que lanzó en mayo. Es el equivalente a una central térmica más.
Por otra parte, el Gobierno lanzará una fuerte campaña de ahorro y uso
responsable de la energía, con lo que espera contener la demanda en los días más
calurosos del año.
Como siempre en estos casos, la última palabra la tienen las condiciones climáticas, por lo que si este verano la temperatura es menos agobiante que la habitual o llueve de manera inesperada en la zona sur del país, podría haber una moderación de las restricciones. Es el argumento oficial: "Todo va a depender de la temperatura, estamos en un programa de mantenimiento para llegar a diciembre de la mejor manera posible", explicó anteayer el ministro de Energía, Juan José Aranguren .
En el sector aún no circulan números precisos con respecto al potencial faltante del verano, pero tienen una referencia cercana. Según un informe de Cammesa, la compañía mixta administradora del mercado eléctrico, el 22 de enero pasado le faltó al sistema el equivalente a cuatro centrales Atucha II. En otros términos, representa un déficit del 13% de la producción argentina de electricidad.
La misma nota advertía que si no se hacen las inversiones necesarias -unos US$ 1000 millones, que deberían entrar casi de inmediato- el próximo verano habrá un faltante de energía en los días críticos de 1000 MW, es decir, del orden del 4% de la oferta real. En el sector estiman que se trata de una mirada muy optimista, porque la situación de generación no cambió sustancialmente. Además, también se paró la central Embalse para mantenimiento.
Días atrás, en una entrevista televisiva, Mauricio Bezzecheri, jefe de ENEL (una de las grandes inversoras en generación del país y dueña de Edesur), sostuvo que hay instalados "33.000 megavatios, pero por falta de inversiones el sistema tiene una capacidad de producción del 70%. Es decir, hoy en día en la Argentina existen efectivos 21.000, 22.000 megavatios. Y el verano pasado, la demanda pico fue de 25.000 megavatios".
Bezzecheri enfrenta los cortes de manera personal. El lunes pasado comenzó a circular un spot televisivo que lo muestra junto a otros trabajadores de Edesur. Él mismo sostiene que es su "compromiso" y el de todos los que forman parte de la empresa mejorar la calidad del servicio.
Problemas de generación
Varias fuentes del sector señalaron que, a diferencia de otros años, sin embargo, el mayor problema está en la generación eléctrica, de donde proviene un 35% de la electricidad que se produce en el país. Habitualmente, la región del Comahue recibe lluvias desde abril hasta agosto, a lo que se le suma posteriormente la acumulación de nieve. Todo eso alimenta los embalses de centrales como Piedra del Aguila, El Chocón, Alicurá, Pichi Picún Leufú y Cerros Colorados.
Al menos hasta la semana pasada, los embalses estaban en niveles mínimos, algo que se traduce en menos capacidad para producir energía en el futuro.
Un informe de Cammesa hecho en julio pasado sostiene que siete centrales patagónicas generaron entre un 68 y un 99% menos de energía que la prevista con respecto a la media esperada (ver infografía).
Otra parte fundamental del sistema son las generadoras térmicas, que utilizan gas o combustibles líquidos. Un ejecutivo del sector sostuvo que el último año los mantenimientos no fueron menores a los de períodos anteriores, pero tampoco mayores. Sucede que el sector atraviesa una crisis económica desde el kirchnerismo, que se extendió en este gobierno. Según los números que vio LA NACION, la deuda de las distribuidoras con las empresas que producen electricidad ascendía hasta el 31 de enero de este año a $ 22.410 millones. Equivale a dos ciclos comerciales del sector eléctrico, por lo que sus recursos para mejorar la infraestructura están mermados.
Las deudas son efecto del retraso en las tarifas que aplicó el kirchnerismo. Por falta de fondos, Edenor acumuló un pasivo de $ 2930 millones y Edesur, de $ 2262 millones. La lista completa reúne a 30 empresas en situación similar.
La administración Macri intentó regularizar la situación, pero las generadoras rechazaron el plan de pagos que propuso el subsecretario de Energía Eléctrica, Alejandro Sruoga. El presidente de la asociación que reúne a los generadores (Ageera), Gabriel Ures, le respondió en duros términos en una nota del 7 de junio pasado. Luego retomaron el contacto y el Gobierno confió en avanzar hacia una salida.
Las dificultades en generación eléctrica llevaron al Gobierno a aplicar cortes programados de energía el verano pasado. Y una de las primeras decisiones de Mauricio Macri luego de llegar a la Casa Rosada fue declarar la emergencia eléctrica.
Además, es probable que se repitan los problemas de distribución, donde las demoras en la aplicación de los aumentos tarifarios les sumaron incertidumbre a las inversiones que habían prometido las empresas.
Sin acuerdo
Los generadores reclaman una deuda millonaria
arifas: Por falta de fondos para operar, las distribuidoras eléctricas dejaron de pagarles a los productores una parte de la energía que vendían
Rechazo: Los generadores reclaman una deuda de $ 22.410 millones y rechazaron el primer plan de pagos propuesto por el Gobierno