Un ligero enfriamiento en el Pacífico Ecuatorial Central, prevalece sobre el estado de neutralidad. El desvío negativo respecto de esta situación es de apenas una décima de grado, nada que pueda considerarse representativo o como potencial forzante que vaya a desencadenar el devenir climático durante los próximos meses. Este indicador se sigue insinuando como un débil evento La Niña. En términos gráficos el mapa presenta un corredor azul sobre la zona ecuatorial del Pacífico, lo cual define un enfriamiento que por el momento no reviste ningún riesgo para la evolución de la campaña.
Es también importante monitorear el estado del Atlántico, principalmente observar si el enfriamiento del litoral gana extensión mar adentro. Esto no ha sucedido a lo largo del mes de agosto. La zona se presenta en condiciones de temperatura superficial que pueden considerarse como normales para la época, con un leve afloramiento de la corriente de Malvinas sobre las costas de Uruguay y el sur de Brasil. Encontramos en esta situación otro elemento que debería converger hacia un progresivo y normal aumento de las precipitaciones de la región pampeana.
Las precipitaciones de finales de agosto sobre el noreste del país evidencian la presencia de masas de aire húmedo en la zona. Evidentemente con la circulación actual esas masas de aire están impedidas de quedar dispuestas para el potencial desarrollo de sistemas precipitantes de importancia en la región pampeana.
Por lo pronto los vientos del sudeste de comienzos de semana están aportan alto de humedad sobre el este de BA, sur de Uruguay y parte de ER, pero no ofrecen una carga de vapor de agua que pueda convertirse en un patrón que devenga en lluvias destacadas. La convergencia de esta humedad con el ambiente frío hace que la situación se vuelva inestable y que se generen nubes bajas, que generalmente promueven lloviznas o lluvias débiles. Hacia el noreste de ER, donde ya se entra en contacto con masas de aire más cargadas de humedad se están concretando precipitaciones más generosas.
El análisis de la condición actual, permite establecer que la situación que dejó el mes de agosto no se modificará sustancialmente hasta tanto no se instale una circulación que sea más eficiente para transportar la humedad desde el norte de la Mesopotamia. Es posible entonces que durante los primeros quince días del mes transitemos un período con algunos episodios de lluvias débiles en el este de la región pampeana y una pobre o nula oferta de agua en la franja mediterránea. La circulación se modificaría favorablemente recién acercándonos al cambio de quincena.
El proceso de transición estacional necesariamente implica la alternancia de masas de aire que estamos observando. Es por eso que hay que ser pacientes para que la circulación del noreste logre persistencia. Justamente la persistencia es el comportamiento clave de la circulación para modificar el patrón seco que dejo agosto. Hay que esperar que las masas de aire húmedo ganen territorio hacia el sur y avanzando sobre la segunda quincena, también hacia el oeste.
Los pronósticos relativamente pobres de los próximos días y la oferta marginal del mes de agosto, generan un combo de ansiedad que por lo pronto no tiene fundamentos. No encontramos argumentos de peso como para anticipar que el saldo del mes de septiembre replique lo observado en agosto. Entendemos que la situación pluvial ira mejorando progresivamente, con mejores probabilidades de recargas para zonas del este que para áreas mediterráneas, lo cual no deja de estar dentro de un comportamiento normal para septiembre.
Son el Atlántico en condiciones normales y un fenómeno La Niña apenas insinuado, el escenario más probable para el próximo bimestre es el que impone un gradual aumento de las precipitaciones sobre gran parte del área productiva.
Las irrupciones de aire frío van llegando a su fin sobre la franja central, los enfriamientos de mayor peso para el resto de septiembre se restringirán al sur de la región pampeana. Observemos que el Pacífico sur se encuentra más cálido que lo normal y el mar Argentino no presenta enfriamientos que anticipen riesgos significativos. Las actuales condiciones térmicas recientes son típicas de invierno en buena parte de la región pampeana, es decir, perfectamente razonables para principios de septiembre. Lo que viene, es la también una muestra de la típica alternancia ambiental que se corresponde con la transición estacional.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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