Escenario peligroso
Los arrendatarios agrícolas están ingresando al peor escenario: precios de
los granos en caída habiendo pactado alquileres 15-20 por ciento más altos que
en 2015. El consultor Julio Lieutier calcula que con los precios del Mercado a
Término para la época de cosecha se genera un negocio al filo en tierras
arrendadas. Si se considera un campo del norte de Buenos Aires, con un alquiler
de 17quintales por hectárea, los resultados son levemente positivos para la soja
de primera y vidriosos para el maíz. Solo la combinación trigo/soja da un margen
alentador.
Rindes de indiferencia
Los rindes para cubrir los costos serían los siguientes en ese campo: soja de
primera, 40 quintales por hectárea; maíz, 100 q/h, y trigo/soja, 47 y 20 q/h. De
los cultivos analizados, ahora el más peligroso es el maíz, a diferencia de lo
que se calculaba dos meses atrás, cuando las cotizaciones internacionales
todavía no se habían derrumbado. La soja de primera también da números
ajustados. Además, habrá que ver lo que sucederá con la reducción o no del cinco
por ciento de derechos de exportación, que implica 18 dólares por tonelada.
A la captura de precios
"Muchos arrendatarios tienen la semilla de maíz y el fertilizante comprados y esperan que la volatilidad internacional los salve, algo que resultará difícil ante la perspectiva de una megacosecha estadounidense", observa el analista. Frente a ese escenario ajustado, sería mejor tomar una conducta comercial activa e ir asegurando valores que cierren las cuentas. Para ello, Lieutier propone ir construyendo "pisos" de precios con opciones en momentos de escasez interna, que dan más posibilidad de capturar subas que los forwards.
Selectividad
Con una visión más amplia del mercado de alquileres, Lieutier observó una entrada explosiva de actores en el negocio cuando los precios agrícolas se recalentaron. "En dos meses reaparecieron fondos que se habían retirado, que generaron una fuerte presión sobre la tierra", rememora. "Este nuevo escenario con muchos demandantes genera márgenes al filo y demuestra, una vez más, que la agricultura en campos de terceros es un negocio en el que hay que tener mucha espalda para soportar años de baja renta o de pérdida", concluye el técnico.