Ya este incremento lo marcarían los ingresos de hacienda que se realizaron durante el mes de mayo. Para el informe anterior de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF) los indicadores mostraban una zafra de terneros retrasada por efecto de las lluvias que complicaron los caminos y retrasaron la campaña de aftosa, sorteado ese inconveniente gran parte de la invernada ingresó a los corrales en los meses de mayo y junio. Para el cierre de mayo el IRF (Índice de Reposición Feedlot) nos mostraba que por cada animal vendido gordo ingresaban a los corrales 1,7 animales de invernada y para el inicio de julio este valor regresó al nivel de 1,2, similar a los meses de marzo y abril.
Coyunturalmente, las señales positivas que mostraba mayo para el negocio se mantienen. Más allá de continuar con un precio del maíz muy elevado, la mejor relación entre la compra de invernada y la venta del animales a faena se mantiene y los valores de ternero y novillito gordos continúan cercanos sosteniendo el interés por llevar al mercado animales terminados más pesados mejorando la eficiencia del sistema.
A pesar de esta foto “positiva” que tenemos promediando el año sabemos que es incierto el valor que tendrá el novillo/ternero gordo dentro de tres o cuatro meses cuando se vuelquen al mercado los animales hoy encerrados. Esta abundante oferta es probable que durente este año no sea tan marcada por diferentes motivos: productores que optan por terminar animales con más kilos; mercados que exigen animales más pesados; y la disminución de las eficiencias de conversión en algunas regiones por efecto del clima sumado a la retirada de los encierres zafreros por el valor del maíz. Lo anterior hará que el envío de animales a faena sea más gradual.
Además de esto, el mercado continúa valorizando la calidad y homogeneidad que aportan los animales terminados en feedlot lo que se traduce en una diferenciación de esta hacienda al momento de la venta.
Más allá de la rentabilidad actual del negocio, estamos en un momento de cambio en la producción donde la eficiencia pasa a ser clave y donde podemos lograr una consolidación de toda la cadena de cara a las expectativas de un consumo interno cada día más exigente y de los nuevos desafíos que los mercados demandantes de carne de calidad nos proponen. Es necesario para poder lograr esto que las reglas sean establecidas de manera clara y que las medidas de gobierno (Nación, provincias y municipios) que se tomen en los distintos ámbitos no generen un desaliento frente a este momento de cambio que se vislumbra como favorable.
En este sentido es un buen auspicio la consolidación y crecimiento de la Mesa Nacional de Carnes con el evento realizado en el marco de la 130º Exposición Rural de Palermo. En este espacio, del cual la CAF es parte, todos los actores de la cadena de carnes encontraron el marco para un trabajo conjunto con el objetivo de lograr una cadena más sana, donde el crecimiento de todos los eslabones de manera articulada nos lleven a mejorar en eficiencia y fortalecer de esta forma la producción de alimentos.