En intento por recuperar la iniciativa política y apaciguar los reclamos sindicales por el estancamiento de la economía, el gobierno de Mauricio Macri anunció ayer que a fin de este año impulsará la modificación en las escalas en el impuesto a las ganancias para los trabajadores en relación de dependencia y que promoverá una reforma tributaria integral para debatir en el Congreso con el propósito de promover la inversión y la reactivación económica.

El jefe del Gabinete, Marcos Peña, aseguró ayer que "sin dudas este año se tiene que sancionar una ley para modificar las escalas el año que viene". Se refería al impuesto a las ganancias para la cuarta categoría. De sus palabras se desprende que el nuevo régimen se aplicará en 2017.

También señaló que "se está empezando a dialogar con los sindicatos y en el Congreso, en el marco de una necesidad de reformar íntegramente el sistema impositivo en la Argentina para que sea menos regresivo".

El anuncio buscó descomprimir la presión sindical. Los principales jefes de las tres centrales obreras, Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo, anunciaron que luego de la reunificación de la CGT podrían promover medidas de fuerzas si no se dan señales a los trabajadores.

Otras fuentes oficiales confirmaron a LA NACION que Macri también promoverá una amplia reforma en diversos impuestos, como el régimen de ganancias para autónomos, bienes personales, monotributo, y el impuesto a la ganancia mínima presunta. "El objetivo es bajar la presión tributaria para recaudar más y mejor pero por vía de una reactivación de la economía", confió a LA NACION un funcionario del Poder Ejecutivo.

No es la única carta de Macri para sacudir el tablero en materia económica. Dentro de un mes, hará un gran anuncio del nuevo Plan Productivo, que buscará promover el desarrollo de industrias y pymes para generar empleo de calidad. Ese proyecto lo encabeza el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, y lo coordina el vicejefe de gabinete Mario Quintana con todo el equipo económico.

La presentación se hará con bombos y platillos y con invitados de todos los sectores: empresarios, industriales, sindicalistas y gobernadores, además de todo el gabinete.

En cuanto a los impuestos, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, conformó una Comisión de Análisis de Reforma Tributaria, que el 5 de agosto iniciará consultas con entidades económicas. Esa comisión sería el disparador del debate en el Congreso y entre todas las fuerzas políticas. La nueva ley de blanqueo de capitales y del pago de las deudas previsionales ordenó la creación de una comisión bicameral de reforma tributaria, compuesta por todos los bloques. Allí se daría la discusión política de la reforma impositiva.

Además de la discusión de ganancias para los trabajadores asalariados, se analizará el régimen de autónomos, el monotributo y bienes personales, según pudo saber LA NACION. Un vocero oficial de Prat-Gay confirmó esa instancia de estudio. "Todos estos temas se están tratando en la Comisión de Reforma Tributaria. El más avanzado es la modificación en la escala de ganancias para el año que viene", señaló, en sintonía con Peña.

Es un viejo reclamo de todas las centrales sindicales. Macri dispuso este año la suba a $ 30.000 del piso salarial a partir del cual se comienza a pagar ganancias, pero no modificó las escalas, por lo cual recibió críticas de todos los sectores gremiales.

"En el tema Ganancias se hizo un esfuerzo muy grande. Los que pagaban el impuesto, están pagando bastante menos ganancias y este año se tiene que sancionar una ley para modificar las escalas el año que viene", dijo Peña a Telefe.

Luego de pronosticar que el blanqueo de capitales será un "éxito" y advertir que "el Estado tomó la decisión política de cortar la evasión", el jefe del Gabinete reveló que "se está empezando a dialogar con los sindicatos y en el Congreso sobre la necesidad de reformar íntegramente el sistema impositivo en la Argentina para que sea menos regresivo".

De hecho, en el Gobierno admiten que podrían impulsar la eliminación del impuesto a bienes personales. Tras la ley de blanqueo pagarán ese impuesto en 2016 quienes tengan un patrimonio superior a $ 800.000 y con una alícuota de 0,75% sobre la diferencia entre ese piso y el patrimonio total. En 2017, esa escala cambiará a $ 900.000 y 0,50% y, a partir de 2018, será $ 1.050.000 y 0,25%.

Se evalúa reemplazarlo por un impuesto al patrimonio neto, que se aplicaría sobre la diferencia entre los activos y los pasivos del contribuyente. Prat-Gay considera conveniente establecer un impuesto a la herencia, pero en la AFIP, que dirige Alberto Abad, aseguran que no incide en la recaudación global.

También se podría suprimir el monotributo y extender el régimen de autónomos con un régimen especial para quienes facturan en el año montos menores. Se analizará actualizar las escalas y las alícuotas del impuesto a las ganancias para los autónomos, hoy desactualizadas. Y se reconsideraría el impuesto a la ganancia mínima presunta para favorecer a las pymes y a las industrias.