Una semana de comedias de enredos derivó en medidas de políticas públicas,
probablemente no deseadas por el Gobierno. Una declaración, fundada o no, de un
sindicalista produjo un temblor en la mesa de los argentinos que empujó a los
funcionarios al pasado representado por el polémico Guillermo Moreno .
Por ahora, el aceite no triplicará su precio, como había advertido el gremio del sector días atrás. Tampoco subirá un 30%, como afirmaron las empresas. Tras un acuerdo firmado ayer entre el Gobierno y la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), el valor del aceite de girasol aumentará hasta un 6% desde agosto. En tanto, el mezcla (soja y girasol) subirá sólo un 4%. No obstante, vale aclarar que ésos serán los precios "a la salida de fábrica".
Los supermercadistas no descartaban ayer que las alzas sean mayores en las góndolas, según contaron a LA NACION, ya que ese producto "perdió mucha rentabilidad" en su paso por el programa Precios Cuidados, del que salió en mayo pasado. "Los supermercados son libres de aumentar, pero no lo harán", se esperanzaron en la Secretaría de Comercio. Por otro lado, nadie sabe qué sucederá dentro de un mes con el fideicomiso creado por Moreno en 2008, que se nutre de un porcentaje de las exportaciones de harina de soja y de girasol para compensar el precio interno del aceite. El mecanismo había comenzado a desarmarse en etapas desde marzo pasado. Su fecha de defunción era justamente la semana próxima, según contaron. Por ahora, sigue con vida.
En los comercios anticiparon que hay temor al abastecimiento de aceite tras
la psicosis que empujó a los consumidores a las góndolas. "Un supermercado líder
vendió en dos días un 25% de todo su stock mensual", confió una fuente del
sector minorista, donde criticaron que el nivel de producción de aceite es el
mismo desde 2009, pese a la mayor población, el mayor consumo y el aumentos de
bocas de expendio.
Ayer, el Ministerio de Producción afirmó que intensificó los controles en todo el país para evitar "prácticas comerciales ilegales, como la venta [de aceite] supeditada a otros productos", algo que muchos consumidores reflejaron en fotos volcadas a las redes sociales en los últimos días. "Los controles realizados hasta el momento no reflejan faltantes de producción de aceite ni problemas de estacionalidad. Se han labrado actas en Córdoba, Salta y Misiones por casos aislados de venta atada a la compra de otro producto", dijo ayer la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor en un comunicado.
Según el ministerio que conduce Francisco Cabrera, el aumento previsto significará un alza de entre $ 0,69 y $ 1,50 por botella de 900 centímetros cúbicos (cc), según el tipo de aceite. Según la plataforma www.preciosclaros.gob.ar (que reúne los datos de los supermercados), el valor de la presentación de 900 cc de aceite mezcla en el mercado oscila entre $ 17,20 y $ 19, y entre $ 18,69 y $ 22 para el de girasol en la ciudad de Buenos Aires.
La semana pasada, el gremio del sector afirmó que la botella de aceite de 1,5 litros llegaría a los 90 pesos. Con ese precio, habría triplicado su valor actual, que es de entre $ 30 y $ 31 en la góndola. En Ciara habían advertido que el aceite aumentaría desde agosto un 30% por la eliminación total del fideicomiso del sector, algo acordado con el Gobierno. Con el alza del 6% (en girasol), la botella de 1,5 litros llegaría a casi 33 pesos. Esto, siempre y cuando los supermercados no sumen un alza mayor. "Se seguirá dialogando para determinar el transcurso del fideicomiso luego de agosto, hasta su expiración", dijeron en la industria. La pelota se patea para adelante.