RÉGIMEN DE FORTALECIMIENTO PARA LA SUSTENTABILIDAD DEL SECTOR LECHERO
Artículo 1° — Toda la cadena láctea deberá sostener los ingresos de la producción de leche de los tambos.
Artículo. 2° — Créase un sistema de precio sostén flotante obligatorio para la leche cruda salida del tambo, que recibirá el productor, y será aplicado en todo el territorio nacional al denominado usualmente por la cadena como ¨precio leche tranquera”.
Artículo 3° - El precio sostén así fijado, no podrá ser inferior al 30 % del valor litro equivalente leche total del sistema que vende la cadena láctea en su conjunto.
Artículo 4°— Las personas jurídicas o físicas podrán instrumentar contratos de compra de ¨leche tranquera¨ con los tamberos por un plazo superior a los 12 meses, el cual funcionara como un sistema de estímulos para la integración y estabilidad de la cadena, fijándose para ello un precio de compra que no podrá superar el 32 % del valor litro equivalente leche total del sistema que vende la cadena láctea en su conjunto.
Artículo 5° - El precio sostén flotante fijado en artículo 3, y el fijado para los contratos por plazos superiores a 12 meses establecido en el artículo 4, tendrán una duración de (3) tres años.
Artículo 6° - La autoridad de aplicación será el Ministerio de Agroindustria a través de la Subsecretaría de Lechería.
Artículo. 7° — La autoridad de aplicación, determinará a partir del 4to año los nuevos porcentajes indicados en el artículo 5 de la presente ley los cuales deberán ajustarse cada cuatro meses.
Artículo. 8° — La autoridad de aplicación, instrumentará los mecanismos para realizar los estudios económicos de la cadena, para la determinación del sistema de precio de referencia. Así mismo procederá a instrumentar la comunicación y difusión de los precios de la leche pagada por el consumidor, y coordinará con la secretaria de comercio, la instrumentación y el cumplimiento de lo establecido en los artículos 3 y 4.
Artículo. 9° - Créase la Comisión Nacional Láctea en jurisdicción del Ministerio de Agroindustria de la Nación, la cual estará integrada por representantes de la cadena de valor, cuyas actuaciones serán ad honoren. La Comisión tendrá funciones consultivas y velará por el desarrollo competitivo y la transparencia de la cadena.
Artículo. 10°- El Poder Ejecutivo reglamentará la presente ley en un plazo de treinta (30) días, a partir de su promulgación.
Artículo. 11° — Comuníquese al Poder Ejecutivo. FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Estamos presentando un proyecto que pretende dar una solución a la difícil realidad de la cadena láctea.
En el mundo el sector lechero es complejo y generalmente está regulado y con este proyecto pretendemos salir del esquema de subsidios que generalmente no son justos, y generan situaciones complejas y de difícil control para pasar a un sistema de autorregulación de la cadena.
Debemos pasar de la batalla por la apropiación de la renta al de la distribución de la misma de una manera equitativa para garantizar un crecimiento de manera sustentable. Los mercados sufren oscilaciones permanentes como consecuencia de las variaciones de oferta generada por pocos actores de peso.
Nuestro país, posee una larga tradición en la producción lechera, y la misma se destina en gran parte al mercado interno, actualmente solo una pequeña porción está dirigida a la exportación en productos con valor agregado, como las leches en polvo y los quesos.
A lo largo de los años, las variaciones de precios relativos, los costos de insumos sensibles como el alimento para los animales, los costos laborales, las cargas gremiales, los costos de fletes, la pésima condición de los caminos rurales, las intervenciones del estado en el tipo de cambio, la presión tributaria, y las restricciones a la exportación, han afectado negativamente a la cadena en su conjunto, y en consecuencia se han producido crisis en de manera recurrente impidiendo un buen desarrollo del sector.
Si se desea desarrollar el potencial productivo para abastecer una demanda creciente y expandir la exportación es indispensable generar un aumento productivo de la leche que sale de los tambos y para que esto sea posible, se debe incrementar la productividad en número de vacas en ordeñe y en la calidad de los rodeos.
Estas crisis recurrentes han debilitado el eslabón más débil de la cadena que son los tambos.
Particularmente, el sistema primario de producción está fuertemente condicionado porque el producto obtenido es perecedero, las inversiones para entrar o salir del sistema son muy elevadas y en consecuencia los ajustes de producción no son fáciles de implementar y las posibilidades de negociación escasas o nulas.
En efecto, los tambos por las razones mencionadas propias de la actividad, no pueden manejar ciertas variables y solo gradualmente pueden incrementar o disminuir su producción por lo tanto, en la mayoría de las veces se encuentran obligados a entregar la leche para su transformación y consecuentemente son afectados en la negociación por el valor de su producción, es decir, del precio y en los plazos de pago.
Por estas razones se debe fijar un precio, en base al valor litro equivalente leche total que venda la cadena láctea en su conjunto que resulte sustentable y a la vez trasparente la realidad competitiva para de esta manera focalizar acciones que permitan mejorar el desempeño de todos los actores.
Esta situación, a la vez que aporta transparencia, previsibilidad y legitimación, facilita la redacción de contratos que mejoren las posibilidades de producción del tambero.
Particularmente, los resultados económicos de los productores de leche están fuertemente afectados por el valor y el plazo en que logran cobrar. La inflación ha sido en los últimos años destructiva del sector productivo en general y de los tambos en particular, afectando en mayor medida a las empresas de menor escala, de menor capacidad financiera y las que han debido conceder plazos de cobro más largos.
Asimismo, se torna complejo hacer una relación entre los valores de la leche, los costos de producción y la rentabilidad de los tambos. Sin embargo, sabemos que desde hace unos cinco años la producción de leche no ha crecido y que los ingresos que han percibido los productores han sido determinantes en el resultado económico, y en consecuencia estamos asistiendo a cierres de empresas que, y por las razones expuestas es muy difícil que vuelvan a la actividad.
Referido al “precio tranquera” como instrumento que vincula al ingreso del tambo en la cadena láctea, sabemos que según indicadores usados por fundaciones privadas del país los promedios anuales pagados a los tambos medidos como fracción del precio abonado por los consumidores sobre todos los productos del sistema lácteo total en 2013 fueron del 29,6 % y para 2014 fueron del 31,8 %. Se estima que ahora es del orden del 27 %.
Es indispensable mediar, para que los tambos participen de un precio mínimo acorde a su aporte en la cadena y a sus particulares necesidades de sustentabilidad, competitividad y desarrollo.
No es justo ni razonable que para hacer sustentable el eslabón más importante y a la vez más débil de la cadena necesite de la ayuda del estado para subsistir.
Es humillante someter a quien produce, a engorrosos trámites burocráticos para sostener su empresa.
Podemos producir más, ser competitivos, crecer al 3 % anual y generar empleos. No debemos olvidarnos además que la actividad posee una alta relación de generación de empleo por superficie afectada (del orden de 1 fuente laboral directa por cada 35 has). Los problemas de la cadena y del mercado han destruido muchas fuentes de trabajo.
Asegurar los ingresos a los tamberos es dar estabilidad a la cadena en su conjunto, para ello se requiera una mayor cooperación y coordinación entre las numerosas instituciones que representan a la producción con los organismos de gobierno provincial y nacional. Debemos pensar que siguiendo el mismo camino avanzamos a un nuevo fracaso.
Sin reingeniería de coordinación y cooperación no hay buenas ideas y proyectos aplicables o sustentables.
Alcanzar los objetivos previstos para el 2020, que según estudios y opiniones de referentes del sector, se pueden producir 13.000 millones de litros de leche para Argentina y el mundo depende de nosotros.