Según Germán Berone, técnico de esa estación experimental, aconseja agregar nitrógeno y fósforo a pasturas compuestas de gramíneas como festuca y agropiro.
En este sentido, se destaca el agregado de nitrógeno desde mediados de julio a mediados de agosto. "Así es posible adelantar la oferta de forraje de esas especies a septiembre, caso contrario recién dispondremos de adecuada cantidad de forraje en octubre-noviembre", precisó.
En el INTA remarcan la importancia de planificar cómo se utilizará el forraje generado. Para ello hay que evitar que la pastura se encañe y pase a estado reproductivo. Es clave el manejo de la cantidad de animales y la velocidad de rotación en las parcelas.
"Si la pastura fue adecuadamente fertilizada, en cuanto vemos que la altura está entre 10 y 15 cm debemos ingresar con los animales. Si esperamos más tiempo, debido a que en primavera el pasto crece muy rápido, vamos a terminar corriendo atrás de las pasturas comiendo pasto de mala calidad. A su vez, dichas pasturas tendrán menor capacidad de rebrote ante lluvias de verano y otoño temprano", explicó Berone.
En técnico añadió, a modo de ejemplo para pasturas fertilizadas, que en parcelas en las que se entra en los primeros días de septiembre se debería volver a entrar a principios de octubre. Mientras tanto, en las parcelas en las que se ingresa a fines de septiembre hay que volver a ingresar a mediados de octubre.
Este jueves el INTA Balcarce y el Ipcva harán una jornada en el establecimiento Fuente Nueva, a 12 Km del cruce de las rutas 74 y 226, en Tandil donde se abordarán estos temas sobre pasturas.