Con casi el mismo nivel en cuanto a volúmenes producidos, la campaña agrícola
2015/2016 se perfila para diferenciarse y dar el salto, sobretodo en cuanto a
los valores y precios. Específicamente, lo hará con una mejora de ingresos a
nivel productor (tanto en pesos constantes como en dólares), respecto al ciclo
previo.
Según un informe de coyuntura elaborado por Ieral, Fundación Mediterránea,
este año se observan variaciones de precios internos por encima del 100%, que se
explican por la eliminación de los derechos y cupos de exportación, la suba del
tipo de cambio (de $ 9 a mediados de 2015 a $ 14,5 a mediados de 2016), y
también la mejora de los precios internacionales, particularmente el caso de la
soja.
En este caso, el grano se pagó en promedio $ 1920 la tonelada, en el bimestre
mayo/junio de 2015, mientras que durante este año el valor fue de $ 3950, lo que
representó un crecimiento del 106%. En el caso del trigo, el avance en valores
fue del 103%, mientras que para el maíz, el alza fue mayor, de alrededor del
173%.
De acuerdo con las estimaciones de Ieral, aclarando que suponen estabilidad
de precios internacionales durante lo que queda de 2016, un tipo de cambio
nominal promedio de $ 15 para lo que resta del año y una inflación inter-campaña
del 41%, los ingresos brutos de los productores para el presente ciclo se
aproximarán a los $ 365.000 millones. Esto significa un crecimiento del 36%
respecto del ciclo previo, en términos reales. Se trata de un aumento de
ingresos brutos del orden de $ 97.600 millones.
El informe, producido por el economista Juan Manuel Garzón, refleja que este
aumento de ingresos se sentirá en la economía del interior productivo,
básicamente en la segunda mitad del año y comienzos del 2017, "luego de que
termine la cosecha en todos los cultivos (a fines de junio restaba por cosechar
el 60% del área de maíz), y que se intensifique la comercialización de los
granos producidos", destacó el economista.
Como dato adicional, se señala que este año se cambiaría la tendencia
negativa que se vivió en el sector desde el pico de 2011, con la generación de
dólares asociada a los principales productos agrícolas y sus derivados. Así, de
mantenerse los precios internacionales en niveles como los que mostraron en
junio, particularmente en los productos del complejo sojero, valor que en los
últimos días tendió a retroceder, las exportaciones de granos y principales
derivados podrían llegar a los u$s 29.600 millones, creciendo un 16% respecto de
2015 (u$s 25.500 millones).
En el caso de la producción, se destaca que a pesar de las malas condiciones
climáticas observadas en plena cosecha, durante los meses de abril, mayo y
junio, el ciclo agrícola 2015/2016 estaría cerrando con un leve ajuste en lo que
respecta a volúmenes.
De acuerdo a datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la producción se
aproximaría a las 104,5 millones de toneladas, contando los seis cultivos más
relevantes como trigo, maíz, sorgo, cebada, girasol y soja, lo que sería un 2%
por debajo del volumen observado en la campaña previa, que fue de récord
histórico. Se agrega como modificación que en este ciclo habrá una mayor
participación de productos como el maíz y cebada, y menos presencia de la soja,
trigo y girasol.
Además de pronosticar los datos para lo que resta de esta campaña, las estimaciones se extienden al ciclo 2016/2017: se afirma que con clima neutral y de no haber problemas y complicaciones en los precios internacionales, el próximo ciclo agrícola mostraría un aumento de la cosecha del orden del 9% en volúmenes. La campaña entrante alcanzaría un valor de u$s 35.300 millones, 9% por encima del ciclo 2015/2016. Para ese año, el flujo de exportaciones asociado a granos y derivados llegaría a u$s 31.700 millones, un 7% (u$s 2100 millones) más que 2016.