El noreste de la provincia de ER se acopló marginalmente a las copiosas precipitaciones que se observaron en la provincia de Corrientes y el este de Chaco. En estas áreas las lluvias estuvieron en muchos sectores por encima de los 200 milímetros, al tiempo que sobre el noreste entrerriano las precipitaciones rondaron los 70 milímetros y se estrechan en un corredor que llega hasta el este del departamento Uruguay, hasta donde los registros quedan por encima de los 40 milímetros. Desde allí hacia el resto del territorio entrerriano y las provincias del centro predominan marcas inferiores, aunque nada despreciables para el mes de junio, principalmente en la provincia de CB, donde hubo un máximo secundario de precipitaciones, con promedios de hasta 40 milímetros.

Como decíamos la semana pasada, estas lluvias fueron la entrada a un período húmedo que claramente marca la tendencia para la primera quincena del mes de julio. Estas precipitaciones que cerraron el mes de junio, lograron completar valores normales o tener una aproximación significativa a los valores estadísticos en las zonas que venían atrasadas. La excepción por defecto se verifica en el noroeste entrerriano, las vecindades de SF y también buena parte del noreste de BA. Los excesos pluviales se destacan en CB y LP, donde el mes de junio se caracteriza por las precipitaciones precarias y superar los 30 milímetros ya es todo un éxito.

Apenas entrando al mes de julio las lluvias tenderán a cubrir toda la franja central del país, en realidad gran parte de la región pampeana. El centro sur de ER, el sur de Uruguay y el noreste de BA, parecen estar en el epicentro de los acumulados de mayor importancia resultantes del período de mal tiempo que se extenderá al menos hasta el martes próximo.

Considerando los pronósticos, gran parte de esta zona quebrará los valores normales del mes de julio en estos primeros días del mes. A partir del martes se espera la entrada de aire más frío que aplacará temporariamente la sobreoferta de agua, pero estimamos que las lluvias reaparecerán en el curso de la primera quincena del mes.

Estas lluvias sobreabundantes, se vinculan a un patrón de escala regional y no a indicadores de escala planetaria. Es decir no debe referenciarse este comportamiento, por ejemplo, al fenómeno de El Niño, que ya se encuentra neutralizado.

Con las últimas lluvias, las reservas crecieron y alcanzaron un piso en niveles adecuados, exceptuando corredores en noroeste entrerriano o el norte santafesino, donde la demanda quedó insatisfecha. Por otro lado y de acuerdo a lo que hemos descripto sobre el comportamiento pluvial, no sorprende que el balance hídrico resulte corrido hacia los excesos en gran parte de Corrientes, este de Chaco, este de ER y áreas de CB.

De acuerdo al panorama que hemos introducido, básicamente las zonas agrícolas principales no necesitan agua. De este modo, no hay dudas que habrá que volver a lidiar con los excesos hídricos a una escala más generalizada. Sólo la falla en las previsiones puede evitar este escenario, sin embargo hay que reconocer que con precipitaciones del orden de los 30 milímetros ya alcanzaríamos niveles de saturación. Por lo tanto las tareas rezagadas seguirán complicadas.

La intensa circulación de aire húmedo que se ha venido observando desde mediados de la semana pasada, no es propia de la época. De algún modo la situación se retrotrae al patrón de circulación observado en mayo, con la diferencia que la atmósfera actualmente se presenta mucho más inestable. Consecuentemente es difícil que la realidad se corra del panorama de lluvias previsto.

Las temperaturas se están moderando, ya no se observan heladas y posiblemente no se observen a lo largo de la primera quincena de julio. Las máximas se verán planchadas por las coberturas nubosas y descenderán a mediados de la semana próxima con el cambio de masa de aire.

Una vez pasado este nuevo período húmedo, se perfila un escenario que puede generar un sustento hídrico holgado para el resto del trimestre frío.

  • Por CCA - exclusivo Agrositio
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