Fue un baldazo de agua fría. Al irrumpir el voto afirmativo por el Brexit, las bolsas de todo el mundo empezaron a caer.
Los sectores financieros por su propia estructura quedaron atrapados en el fragor de la incertidumbre.
Simultáneamente, en el plano global, la suba del dólar tomó un nuevo impulso y por ende, las demás monedas precipitaron su valor hacia abajo.
En rigor, fue la libra esterlina la que más sufrió.
Registró una estrepitosa caída diaria frente al dólar. Así bajó a su nivel más bajo en 30 años.
El gráfico es elocuente. Desde mediados del 2015, la tendencia a la baja era muy clara. Pero, en los últimos días se acentuó violentamente.
Ahora se necesitan USD 1,32 para adquirir una libra esterlina.
Tanto el euro como las monedas de los países emergentes han sufrido el embate y así perdieron valor, considerablemente.
Hoy el euro tiene un valor de apenas USD 1,10.
Al mismo tiempo, los inversores financieros tendieron a tomar deuda soberana de EE.UU y de Japón, en lo que se denomina un vuelo a la calidad.
Obviamente, la apreciación del dólar frente a las demás monedas en el mundo implica, en principio, una mayor debilidad en los precios agrícolas.
Como se sabe, los granos por tener un valor establecido en dólares, cuando esta moneda se aprecia se hace más cara para los países compradores de granos que no usan dólares. Es que luego de una apreciación del dólar, los países importadores necesitarán una mayor cantidad de sus propias monedas para adquirir la misma cantidad de dólares de por ejemplo soja o maíz.
Hasta el ingreso del fenómeno del Brexit, los valores agrícolas lograban sostenerse sobre las estimaciones de un año Niña (caluroso y de menores precipitaciones) para EE.UU. con un dólar sin mayores signos de apreciación.
Pero ahora se abren interrogantes muy serios sobre la posibilidad de que los precios se mantengan en el actual nivel.
Es que no sólo apareció el Brexit, también mejoraron las condiciones climáticas en el Medio Oeste de EE.UU.
Hace pocos días, el Servicio Meteorológico estatal de ese país afirmó que si se hiciera realidad un evento Niña, éste sería de poca fuerza.
Para colmo, en el mercado granaria existe una acentuada posición comprada por parte de los fondos respecto a soja y maíz. Dada la incertidumbre derivada del Brexit, la posibilidad de que ellos tiendan a desprenderse de sus posiciones en forma masiva resulta elevada.