Una indefinición de Europa en torno de la renovación de una licencia para el
glifosato, el herbicida más usado en el mundo con la aprobación de más de 140
países, podría generar inconvenientes para las exportaciones de commodities
hacia ese bloque, incluso las de la Argentina.
Recientemente, en una reunión los Estados miembros de la Unión Europea no se pusieron de acuerdo sobre la renovación de una licencia para el uso de este herbicida. A diferencia de la Argentina y otros países del continente americano, donde cada Estado regula este producto de manera individual, en la UE la decisión se toma en bloque. Allí la licencia es por períodos largos, de 15 años. Europa debe resolver antes de fines de mes una eventual renovación. Si no lo hace, no se podría vender más el herbicida en ese continente y hay riesgo de que sus países comiencen a implementar restricciones para productos del agro de otras naciones.
"La Unión Europea no se puso de acuerdo con el tema de la renovación. Alemania, Francia e Italia se abstuvieron porque no hay consenso político interno y le pasaron el tema a la Comisión Europea, el brazo ejecutivo. Si la Comisión no dice nada, se cae la licencia en forma automática a fin de mes. Si la UE la hubiera renovado, entonces se extendía por 15 años más, pero el tema se politizó demasiado", contó Horacio Busanello, CEO de Los Grobo.
El ejecutivo de esta empresa, un experto además en el mercado de agroquímicos, señaló que si no se renueva la licencia "no se puede vender más glifosato en Europa y esto sería un mal antecedente para el resto del mundo".
"Si Europa no hace lo que técnicamente se llama relicenciamiento, las
comunidades de consumidores en un futuro no muy lejano van a objetar la entrada
a Europa de productos donde se use glifosato y van a meter presión a los
gobiernos", añadió.
A la espera
Tanto se politizó la discusión que en Alemania surgieron diferencias en la alianza gobernante. Mientras la canciller Angela Merkel, del partido CDU/CSU, apoyaba la renovación, su ministra de Medio Ambiente, la socialdemócrata Barbara Hendricks se manifestó en contra. Por eso finalmente el país se abstuvo de votar.
"Los estados miembros no quieren renovar automáticamente la licencia, pero tampoco aprobaron la iniciativa para renovarla por 12 o 18 meses para poder hacer más estudios conclusivos", precisó el CEO de Los Grobo.
Los miembros del bloque europeo deben tomar una decisión respecto de la renovación de la licencia antes del 30 del actual. "Una opción es que prorroguen la licencia por un plazo determinado, para poder lograr la mayoría. Otra opción es que llegado el 30 caiga la licencia en forma automática y la tercera opción es que se reúnan y aprueben la renovación de la licencia", dijo Luis Mogni, consultor.
Para Mogni, si no hay una renovación las importaciones de productos desde la Argentina, entre otros orígenes, van a tener que determinarse con un límite máximo de residuos del producto muy estricto, que sería de 0,1 ppm (partes por millón).
"El problema es que hoy lo que está en los barcos puede llegar a Europa con la licencia caída y que sea rechazado", alertó. En su opinión, este tema "va a generar incertidumbre en el mercado de commodities hasta tanto se resuelva".
"Otro punto puede ser que otros países tomen la misma decisión y que eso complique el mercado mundial", añadió.
El mes pasado, una reunión conjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó que "es poco probable" que el glifosato represente riesgo cancerígeno para humanos.