San José - En el 2050 se requerirá alimento para más de 9, 000 millones de personas y se prevé que un gran porcentaje de esta demanda de alimentos sea satisfecha por los países de América Latina y el Caribe (ALC).
Para afrontar con éxito el desafío se debe mejorar la productividad agrícola y a hacer un uso más eficiente y sostenible de los recursos naturales, especialmente el agua y el suelo.
En un foro virtual organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), se abordó el tema del manejo de la materia orgánica para la producción sostenible, aspecto clave para evitar procesos de degradación del suelo, y que a su vez potencia la productividad agropecuaria.
“El aumento de la productividad agropecuaria es esencial para el crecimiento de la producción. El buen manejo del suelo es clave para el desarrollo agrícola, es importante conocerlo y conservarlo de manera adecuada para aprovechar este capital natural que es esencial para la producción agrícola”, dijo Katia Marzall, líder del proyecto insignia Resiliencia y Gestión Integral de Riesgos en la Agricultura del IICA.
Durante el evento se contó con la participación del director del Centro de Agricultura y Seguridad Alimentaria del Instituto de la Tierra, de la Universidad de Columbia, Pedro Sánchez, quien durante su ponencia abarcó conceptos básicos, el manejo de la materia orgánica de suelo y su relación con los procesos de adaptación y mitigación al cambio climático.
“La materia orgánica del suelo es lo que le da la vida al mismo y es esencial diferenciar entre la materia orgánica del suelo y los insumos orgánicos. Estos últimos, tales como la hojarasca, las raíces descompuestas o el estiércol son insumos que se añaden al suelo”, dijo el líder mundial en manejo integrado de suelos y sistemas agroforestales.
Sánchez reconoció que la agricultura tiene un rol prioritario para enfrentar el reto del cambio climático. El sector agropecuario en su totalidad es el responsable del 14% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
“Es fundamental que la agricultura siga dos principios: primero, devolver al suelo todo lo que se le extrae, como el carbono y los nutrientes, y segundo, el suelo no debe estar descubierto de vegetación. Esto tiene un efecto positivo para el secuestro de carbono. Un mejor manejo agronómico permite una mejor adaptación al cambio climático, por ejemplo con variedades más tolerantes a la sequía, un uso más eficiente del agua y que el suelo tenga más follaje”, indicó el especialista.
El evento realizado forma parte del ciclo de foros virtuales: “Nutrición de suelos y productividad agropecuaria”, que desarrollará el Instituto y el CATIE de forma periódica, con el objetivo de intercambiar información y experiencias sobre los beneficios de sistemas productivos que promuevan un adecuado manejo nutricional del suelo, materia orgánica y sus impactos económicos.
La iniciativa busca también, promover agendas de investigación y cooperación en el tema y crear un espacio de diálogo sobre iniciativas globales para la restauración de los suelos degradados en Latinoamérica.
El primer foro del ciclo contó con 673 conexiones de 25 países diferentes.