En medio de la crisis que arrastra por sus fuertes pérdidas, reflejadas en su último balance con un rojo de 1527 millones de pesos, la cooperativa láctea Sancor, la segunda empresa del rubro en el mercado luego de La Serenísima, fue a golpear ayer las puertas del ministro de la Producción, Francisco Cabrera.
Según pudo reconstruir LA NACION de diversas fuentes, la compañía,
representada por su presidente, Gustavo Ferrero, y el gerente general, Marcelo
Gornati, fue a contarle al funcionario "los planes de corto plazo" que tiene en
carpeta. En esta línea, el Gobierno está monitoreando de cerca su rumbo.
"Estamos escuchando, monitoreando y asesorando", señaló una fuente oficial en relación al encuentro. "Acompañamos este proceso", agregó el funcionario.
Es la primera vez que los directivos se reúnen con Cabrera desde que se agravó la crisis de la firma. Sin embargo, desde hace un tiempo la empresa venía trabajando con funcionarios del Ministerio de Producción. "Tenemos un contacto permanente", precisó la fuente.
En Sancor fueron medidos con la comunicación de la reunión. "Fue muy cordial y amena. Se hablaron cuestiones de Sancor y del sector, todo muy en tono general y sin nada en particular para destacar", indicó un directivo de la compañía.
En línea con las dificultades financieras de la empresa, comenzaron a circular rumores de una inminente venta de alguna línea de productos frescos, como yogures y postres, que le dejarían a la empresa 100 millones de dólares para acomodar los números en rojo.
Hace unas semanas, otras fuentes oficiales dejaron entrever que había grupos de Estados Unidos, México y Europa interesados en algunas líneas de productos, y en los últimos días, según anticipó LA NACION, un alto funcionario de Coca-Cola a nivel regional se mostró interesado en la cooperativa, luego de que el año pasado hubo negociaciones que finalmente no prosperaron.
La versión es que Sancor tiene decidido desprenderse de una línea de frescos y que está consultando entre delegados y cooperativas sobre los pasos a seguir. En mayo pasado, en una carta a los 1400 tamberos asociados, la cooperativa admitió que debía "reformular" sus operaciones, lo que dejó abierta la puerta para eventualmente desprenderse de alguna línea.
"Somos conscientes de la necesidad de reformular algunas de nuestras operaciones para revertir la actual tendencia, potenciar oportunidades y mejorar la rentabilidad del negocio", señaló la compañía en esa oportunidad.
El 29 del actual, Sancor hará una asamblea extraordinaria con sus asociados, donde, según trascendió, pondrá a consideración "las alternativas" que se manejan para superar la crisis.
Entretanto, diputados provinciales integrantes de la Comisión de Asuntos Laborales, Gremiales y de Previsión, visitaron la sede central de la cooperativa, en Sunchales, Santa Fe, y aseguraron haber escuchado de sus directivos un "panorama tranquilizador" sobre la situación de la firma.
"No prevén despidos y mantienen el régimen de retiros voluntarios vigente desde 1999", coincidieron en señalar los legisladores Miguel Solís (PS), Luis Rubeo (Justicialista), Federico Reutemann (Producción y Trabajo), Germán Baccarella (Frente Justicialista para la Victoria), Ariel Bermúdez (CC-ARI) y Carlos Del Frade (Frente Social y Popular).
Según los legisladores, durante la reunión los voceros de Sancor admitieron que gran parte de las dificultades obedecieron a los cinco meses que tuvieron que atravesar sin vender leche en polvo a Venezuela, situación que se revirtió en las últimas semanas. No obstante, mantuvo y pagó la producción con un sobre stock de 30.000 toneladas. También se mira con expectativa al mercado chino, que abrió un paréntesis en sus compras externas, pero que en la Argentina tiene sólo dos plantas habilitadas, una de las cuales es de Sancor.
Con la colaboración de José E. Bordón, desde Santa Fe