Ya lo asegura un popular dicho, que sostiene que después de la tormenta llega la calma.
Esto parece ser lo que sucederá en el próximo trimestre invernal, según
anticipan los pronósticos climáticos. Es que, de acuerdo con las estimaciones
del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, se esperan meses de neutralidad
respecto al clima y las precipitaciones, aunque esto no descarta la posibilidad
de que ocurran algunas lluvias por encima de lo normal en determinadas regiones
y como consecuencia de los últimos efectos del año Niño.
Este evento climático anormal del clima ocasionó cuantiosas pérdidas en soja
en la zona núcleo durante el mes de abril. Estos daños afectan hasta la
actualidad, con retrasos en la labores de cosecha o todavía con la imposibilidad
de transitar por ciertos sectores de los campos o por los caminos rurales.
“Pronosticar es conocer lo futuro por indicios”, aseguró Carlos Di Bella, director del instituto ubicado en Castelar, y agregó que hacerlo resulta cada vez más complejo, debido que existe una mayor variabilidad climática entre años, caracterizados por eventos intensos, contrastantes y difíciles de anticipar.
En referencia a la continuidad del fenómeno climático de El Niño, que tantos
trastornos ocasionó en los últimos meses, Di Bella explicó que, según el
análisis de las estadísticas climáticas para los próximos tres meses, se observa
una alta coincidencia en las predicciones e indican un evento de tipo “Neutro”,
con temperaturas del Océano Pacífico ecuatorial dentro de los rangos normales;
es decir, ni un calentamiento o enfriamiento, lo cual indicaría un año Niña o
Niño, respectivamente.
De esta forma, en el próximo trimestre las lluvias acumuladas serían las de
un año promedio.
Sin embargo, Di Bella lanzó una advertencia: “Este posible escenario no quita
la posibilidad de que, incluso y ante un fenómeno de neutralidad, podría haber
lluvias por encima de lo normal en algunas localidades y muy inferiores en
otras”.
En este sentido, señaló que se observa un 50 por ciento de probabilidades de
que ocurran precipitaciones por encima de lo normal en la región Mesopotámica y
en el este de Formosa y Chaco, y lluvias por debajo de lo normal en el noroeste
de la Patagonia.
De todos modos, Di Bella señaló que “no hay dos fenómenos climáticos que se
den de igual modo e intensidad en una misma localidad y de un año a otro, de ahí
la importancia de no aferrarse a estas situaciones tan genéricas”.
Por este último consejo, el especialistas explicó que los modelos
estadísticos hacen simulaciones de las condiciones atmosféricas que son muy
complejas de predecir.
Así, recomendó a los productores que orienten sus decisiones productivas en
base a la información agroclimática disponible para la zona en la que estén y
también referida a la propia historia de su campo.
“Vamos hacia un escenario protagonizado por la información en tiempo real de
lo que sucede en general, pero también a nuestros pares, lo que nos ayuda a
conocer nuestra propia realidad”, afirmó.
Y, en esta línea, aseguró que en el Instituto trabajan para que los pronósticos sean cada vez más certeros, con más indicios y, finalmente, sirvan para el diseño de estrategias de manejo que ayuden al productor a tomar mejores decisiones.