“El criterio para haber emprendido esta inversión es el ambiental, la idea de tener una continuidad de responsabilidad sobre el silo bolsa o el bidón de fitosanitarios que vendemos, hasta su recuperación y reciclado”. Quien así se expresa es Víctor Accastello, gerente de insumos de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) y sus dichos tienen que ver con la decisión de invertir seis millones de dólares en la construcción de una planta de reciclado de silos bolsa y envases de fitosanitarios.
Es que una de las últimas inversiones de la megacooperativa fue la planta de fabricación de silos bolsa (con tecnología de cinco capas) en Gral. Pico, La Pampa. En esta campaña ya llevan colocadas 40.000 unidades y pueden ser todavía más según el productor se incline o no a embolsar más maíz de segunda.
“Recorrimos plantas de reciclado en España, Italia y Bulgaria hasta inclinarlos por la tecnología de Lindner, de origen alemán”, apunta el directivo.
Pero el programa de recuperación y reciclado significa todo un gran desafío para los cooperativistas. Por empezar, la ubicación de Cañada de Gómez para la planta tiene que ver con que es el punto equidistante en relación a los establecimientos que usan los silos bolsa de la ACA.
El plan es que el productor, una vez vaciado el silo bolsa, lo barra, lo corte cada diez metros, lo doble y lo lleve a la cooperativa que se lo vendió. Para los bidones de fitosanitarios, el criterio es el triple lavado. La ACA pagará vía la cooperativa por esos plásticos al productor, incluso con un esquema de premios según la calidad (limpieza) en que es devuelto.
De las cooperativas, bolsas y bidones usados convergerán a la planta de Cañada de Gómez, que tiene capacidad para procesar unas 7.000 toneladas/año. “Estimamos que unas 5.000 provendrán de los silo bolsas y otras 1.000 de los bidones”, adelanta Accastello.
¿Es rentable per se la planta o al menos paga el costo?, se le pregunta al directivo. “El criterio al encarar esta inversión fue el ambiental, no la Tasa Interna de Retorno (TIR) del proyecto. La idea de ACA es recuperar al final de la cadena el mismo volumen de plásticos que volcó a la producción”, explica.
Un tema más que importante es que el 90% del agua utilizada en la planta de Cañada de Gómez se recicla continuamente, y solo un 10% pasa al tratamiento como efluente. La planta contará precisamente con esta fase, de manera de volcar al ambiente agua tratada de acuerdo a los parámetros que exige la provincia de Santa Fe.
Por Javier Preciado Patiño