Para evaluar el impacto sobre las economías regionales de los cambios de la política económica, debe considerarse no sólo la variación del tipo de cambio, sino también lo que ocurrió con las retenciones y las restricciones que existían para exportar (que afectaban fundamentalmente al maíz, al trigo y a la carne vacuna) y también la evolución de los precios internacionales de los distintos bienes.
Computando las tres variables mencionadas, y descontando la inflación del período, se tiene que la mejora de precios relativos es mucho más marcada para los productos netamente pampeanos que para el resto. Influye lo que ocurrió con los precios internacionales, pero también el mayor impacto de los cambios de la política comercial. Hay que tener en cuenta, además, que estos cultivos que en su mayoría son anuales, tienen mayor capacidad de reacción, a diferencia de las producciones plurianuales.
En cambio, la mejora del tipo de cambio real ha sido bastante acotada para casos como el aceite de oliva, las ciruelas secas, naranjas, limones y vino fraccionado. Por ende, esos sectores habrán de mostrar mayor sensibilidad a lo que ocurra de aquí en adelante con los precios internacionales y con la evolución de la inflación a nivel local.
Acorde a noticias y comentarios, hay mayor movimiento en el agro pampeano que en el interior del país. La impresión es que, con la devaluación y la quita de las retenciones, la región pampeana se vio más beneficiada en comparación al resto del país. Para verificar esa opinión, se presentan algunos números.
Primero, la visión de mediano plazo. La sensación para el exportador es que ha habido una recuperación con el dólar más caro, pero todavía falta. Para ello, se considera el tipo de cambio real, que indica cuán caro o barato está el dólar. Acorde a nuestras estimaciones, el dólar actual de $ 14 y monedas está muy por debajo de lo visto en la década anterior. Y eso se nota en las economías regionales. En diez años, los costos en dólares han aumentado más que los precios de los productos, lo cual había deteriorado su rentabilidad, y también sus ventas al exterior.
Ahora, en el corto plazo la devaluación implicó un alivio para los exportadores. A nivel general, el tipo de cambio real mejoró un 22%. Hubo inflación, pero el dólar aumentó más.
Además, también estuvo la eliminación de las retenciones, que se notó más en los productos de la región pampeana, con la excepción de la soja (que irá disminuyendo gradualmente).
¿En cuánto mejoró la situación de los exportadores en el corto plazo? A continuación, los números. Ya mencionamos los cambios en el dólar y las retenciones. También hay que considerar los precios internacionales de los productos, que a nivel general se han venido recuperando desde fin del año pasado, otra buena noticia para los exportadores.
Desagregando por productos regionales (incluyendo algunos minerales 1 ), el comportamiento ha sido bastante heterogéneo, y en varios casos, sus precios han continuado cayendo.
Entonces, tomando en cuenta los cambios en precios, en dólar, en retenciones, y también la mayor inflación (los mayores costos argentinos), se obtiene un indicador de tipo de cambio real por producto. Si aumenta, mejor para los exportadores. Con algunas excepciones (como ajo), los productos con mayor aumento en su tipo de cambio real son los de origen pampeano. Obviamente, la mayor caída en sus retenciones y un buen desempeño de sus precios internacionales le ha jugado muy a favor.
Dos menciones. En el caso del ajo, el principal cliente es Brasil, que no está pasando un buen momento. Aun así, los precios pagados han aumentado notoriamente, y eso que también están comprando más ajo a los chinos. El otro punto es la fruticultura, tipo peras y manzanas. Aunque haya mejorado algo su tipo de cambio real, sus costos continúan altos en dólares, y Brasil compra menos de esos productos.
Volviendo a los productos pampeanos, también se agrega que varios de sus cultivos son anuales. Puede incrementarse rápidamente su superficie cultivada cuando las perspectivas son positivas. Es decir, tienen mayor capacidad de reacción. En cambio, en la fruticultura, siendo plurianuales, los procesos de cambio son más lentos.
Un agregado más, pensando en la vitivinicultura. En productos pampeanos, la mayoría son commodities, los cuales son bienes que son fácilmente de colocar en el exterior (siempre y cuando se cumplan las condiciones fitosanitarias exigidas). En cambio, en vinos, y en especial los de alta gama, requieren que se los conozcan previamente (demora para instalar una marca). Los tiempos de adaptación son más lentos.
Como comentario final, la región pampeana se ha visto más favorecida que el resto de las economías regionales, con la mejora de sus precios y de la mayor caída de las retenciones. Además hubo eliminación de restricciones cuantitativas a la exportación en lo que se refiere a maíz y trigo. También son productos que tienen mayor capacidad de reacción para aprovechar los buenos vientos. Igualmente, vale destacar que continúan habiendo algunos riesgos conocidos para las economías regionales. Uno es que el dólar en el país pierda fuerza, debido a la posible entrada de fondos. Y el otro riesgo es que los precios internacionales vuelvan a caer, puesto que las tasas de interés en EEUU continúan bajas, y es más probable que aumentan en un futuro mediato (en vez de que caigan).