El carbunclo o antrax es una enfermedad infecto-contagiosa aguda, febril y zoonótica, es decir que afecta tanto al hombre como a animales domésticos y silvestres. Dicha enfermedad fue introducida en el continente americano por los bovinos que trajeron los conquistadores.

En 1961, en la principal provincia ganadera de la Argentina, Buenos Aires, se sancionó la Ley 6703, declarando obligatoria la vacunación contra dicha enfermedad. A pesar de la legislación y de que hace 37 años se monitorea anualmente el Área de Evaluación de Carbunclo Rural en Buenos Aires y de que la vacuna para prevenir la enfermedad es económica; las estadísticas demuestran que aún los brotes en rodeos se dieron por no cumplir con la vacunación obligatoria.

Además de esto, según refleja el informe epidemiológico "Situación carbunclo rural en la Argentina 2015", el 49% de los Partidos Rurales de la provincia de Buenos Aires han padecido por lo menos un brote de carbunclo bovino en los últimos 38 años.

Desde CAPROVE advierten que la falta de vacunación por parte los productores y la inadecuada fiscalización del cumplimiento de las leyes vigentes por parte de los organismos de control nacional y/o provinciales, continuará manteniendo esta zoonosis en forma endémica. Además, señalan que la intervención de los focos activos por la autoridad competente, la eliminación eficiente de los cadáveres y la vacunación obligatoria, son las únicas herramientas para su control; como medida preventiva y de protección de los bienes jurídicos: salud humana y salud de los ganados como fuente de producción.
"En este contexto, desde la Cámara promovemos la vacunación contra el carbunclo, ya que es una enfermedad zoonótica y genera muchas pérdidas productivas. Cabe destacar el bajo costo que implica proteger a los animales mediante el empleo de la vacuna, si consideramos que aproximadamente 6.000 dosis de una vacuna equivalen a un novillo de 400 kilos muerto", comentó el Dr. Patricio Hayes, Director Ejecutivo de CAPROVE.