En muchos casos, los terrenos ya se encuentran en condiciones de ser pisados por las cosechadoras, pero el mal estado de los caminos de acceso a los campos hace prácticamente imposible que ingresen las maquinarias. Esto genera nerviosismo e incertidumbre en aquellos productores que ven que su cultivo hace tiempo se encuentra en estado de “cosechable” y que ahora que dejó de llover, no puede recolectarlo por culpa del mal estado de dichos caminos. Recordemos que esos accesos de tierra se hicieron intransitables no sólo por los 19 días de lluvias casi continuas, sino también por el paso de grandes tractores que circulaban (o intentaban hacerlo) para entrar y salir de los campos. Especialmente los tambos que intentaban salir con su producción diaria cargando las chatas y carros tirados por inmensos tractores pero a la vez excesivamente pesados. Esos tractores terminaron de destruir el basamento de los ya deteriorados caminos de tierra provinciales. También existen problemas con la zafra, porque como toda la soja ya está madura, sin importar las zonas de producción, todos los productores están llamando al unísono a las maquinarias para que vayan a sus campos a realizar la recolección. Esta situación también genera zozobra en aquellos que quedan “para mañana” la entrada de las maquinarias.
Lógicamente, los rindes continúan siendo dispares, desparejos y en algunas
zonas muy bajos. Como así también la calidad comercial deja mucho que desear,
existiendo serios problemas para la comercialización. Discusiones por doquier
con los camiones en puerto que al realizarse los controles de calidad, se
encuentran que el poroto cargado no es plausible de ningún tipo de descuento,
sino directamente es rechazado por estar fuera de estándar.
Y este complejo escenario se está viendo y analizando en los escritorios de las
empresas cerealeras de todo el mundo, viendo que este año, la Argentina no
tendrá el volumen de cosecha que se esperaba y se estimaba hace unas semanas
atrás, y que esta notable disminución de oferta impulsará los valores hacia
arriba.
Por eso, estimamos que el ritmo de suba de los precios de la soja en los mercados internacionales continuará en el transcurso de las próximas semanas, y existiendo muchas posibilidades de que llegue a cotizar los 450 dólares por tonelada en el Mercado de Chicago (EEUU). En este cambio de tendencia con sostenimiento y firmeza en los valores, también está influyendo no tan sólo la disminución de producción de nuestro país, sino también otras variables. Por ejemplo la caída de la cotización del dólar en los EEUU que fue ocasionada por la decisión de la FED norteamericana de no modificar la tasa de interés de referencia. También la apreciación del Real brasileño por los últimos inconvenientes políticos que han ocurrido influyó en este cambio de tendencia de los precios. Mientras, los fondos de inversión ingresaron al mercado con importantes sumas de dinero tomando posiciones compradas abiertas y otro tanto por liquidaciones de las posiciones de ventas en los contratos de futuros.
Falta mucho por cosechar en nuestro país, y algunos optimistas esperan que mejoren los rindes y la calidad comercial de la soja. Pero por el momento, los operadores internacionales no ven un buen final en las posibles cifras de producción de soja argentina. Nadie piensa en guarismos cercanos a los 54 millones de toneladas.
¿Qué ocurriría con los valores de la soja en los mercados internacionales, si la producción argentina no llega a las 50 millones de toneladas?
Por Alejandro Ramírez - Analista Agropecuario
Fuente: De todo un poco Agro