Y lamentablemente las noticias no son buenas. Porque a medida que transcurren los días, las maquinas intentan ingresar sin lograrlo, a los campos donde la soja ya está madura desde hace varias semanas. En muchos casos, los terrenos ya están en condiciones de ser “pisados” por las cosechadoras, pero las maquinas no pueden llegar a esos campos por la intransitabilidad de los caminos vecinales de tierra. “Una vez más queda demostrado la falta de inversión en infraestructura de los últimos 12 años” comentaba entristecido un productor sojero de la bonaerense localidad de Junín. Y cuanto más tiempo pase sin cosecharse la soja, peor será la situación porque las plantas continúan en su proceso de deterioro que va en detrimento de los posibles rindes y de la calidad comercial. Los lotes a los que pudieron ingresar en los últimos días han generado múltiples sorpresas.

Con rindes mucho más bajos a los esperados y calidad comercial fuera de estándar, algunos productores se encuentran en la disyuntiva de cosechar o directamente dejar la soja como está. Otra característica de esta temporada es que los rindes son muy desparejos a pesar de que los lotes en cuestión hayan sido trabajados de la misma forma y utilizando la misma tecnología. Muchos plantíos se encuentran ya con un deterioro muy avanzado que hace prácticamente improbable que se puedan cosechar. Y en aquellos que se está pudiendo entrar, al realizar la cosecha, los rindes son bajos y desparejos. Además, la calidad comercial de los porotos no es la mejor, estando al límite de los estándares permitidos para su comercialización. Este será un año complicado para las fábricas y para los exportadores que tendrán que poner mucho énfasis en el tema calidad al momento de recibir la mercadería en las industrias y en los puertos.

Viendo los últimos acontecimientos con el clima, y lo que ha generado en los cultivos de soja, especialmente en la última semana, estamos en condiciones de ajustar nuevamente hacia la baja las cifras de producción de soja argentina. Ya se estiman pérdidas por arriba de las 8 millones de toneladas, con una producción de alrededor de 51 millones de toneladas de soja. En dinero esto representa un ingreso de divisas inferior a 2.760 millones de dólares a lo estimado y una baja de 830 millones de dólares en concepto de retenciones a las exportaciones.
Estamos muy lejos de las cifras informadas por el USDA norteamericano que indicaba una producción de 59 millones de toneladas o de algunos organismos privados nacionales que también hablaban de cifras similares. Algunos analistas internacionales están informando a sus clientes que la situación productiva de soja de Argentina no es la mejor, y que las cifras de producción pueden seguir ajustándose hacia abajo de no existir cambios en los rindes a medida que avance la zafra.

Por esto es que los valores de la soja en los mercados internacionales cambiaron radicalmente su tendencia, estando sostenidos con cierta tendencia de firmeza. En tanto los exportadores que operan en nuestro país, continúan a la espera de la evolución de la cosecha, esperanzados en que los rindes mejoren como así también la calidad comercial de los porotos.

No es un buen panorama para los productores sojeros argentinos, como tampoco lo es para la economía de nuestro país, que se encuentra necesitada de generación genuina de divisas. Y la cosecha gruesa es una buena generadora de dólares que ingresan por las exportaciones.

Y las expectativas estaban puestas en la vedette de la producción nacional: la soja.

Todos esperan que se revierta esta situación y que los guarismos de producción no continúen bajando.

Que así sea.

Por Alejandro Ramírez - Analista Agropecuario
Fuente: De todo un poco Agro