Todo abril ha sido un mes de angustia y preocupación. Sólo aquellos que habían logrado trillar, quedaron tranquilos y pudieron capturar buenos precios en el mercado doméstico.
Si además miramos el comportamiento del mercado de Chicago durante abril, veremos una clara tendencia a la suba.
Está claro que nuestro país es formador de precios y que el súbito freno en la cosecha ha provocado la pendiente ascendente.
Chicago ha registrado subas en los primeros 20 días de abril del orden de casi 9% en los futuros de soja y casi 13% en harina de soja.
Casi todos los analistas estiman una reducción en la cosecha argentina cercana a 5 millones de toneladas.
El informe Oil World Statistics habla de una baja en la producción argentina y ahora estima 55 millones de toneladas.
A su vez, Oil World bajó la estimación de la cosecha brasileña de 100 millones a 98,5 millones de millones. Para Uruguay, también, estima una reducción.
Según este organismo, entonces, la producción sudamericana en total pasaría de 173,20 millones a 168,3 millones de toneladas.
Pero todo indica que la baja será mayor. Al menos así piensan la mayoría de los privados.
Tales reducciones productivas han impactado positivamente en las cotizaciones del mercado internacional, tanto en poroto como en pellets y aceite.
Las subas además fueron propulsadas por la acción de los fondos especulativos, el efecto de la recuperación del barril de petróleo y la perspectiva de un dólar no tan fortalecido.
Los futuros de soja y harina en Chicago en los comienzos de la semana pasada avanzaron en una pronunciada cuesta a la suba y el resto de los granos se contagiaron. Ello en un contexto de fuerte ingreso de fondos a los mercados de commodities agrícolas, mientras que dólar continuaba retrocediendo frente al resto de las monedas.
En Rosario, el mercado físico reveló para la soja considerables aumentos. Pasó de $ 3.000 la tonelada en promedio a valores superiores a $3.500 por tonelada.
Se trata de valores que superaban el FAS teórico.
El gráfico muestra claramente la suba.
Precios Pizarra. Desde fines de marzo a la fecha
El día 22 de abril, se registraron bajas. Es que desde mediados de esa semana, el tiempo mejoró y últimamente los pronósticos, pese a las lluvias del domingo 24, comenzaron a hablar de un clima más favorable para lo que resta del mes. De hecho, en la zona núcleo, el viernes y el sábado se pudo cosechar en algunas partes, las más elevadas.
Queda ver si los valores se consolidan en los niveles actuales.
Desde esta columna, supusimos bajas una vez restablecida la trilla, de manera generalizada.
Mientras tanto, el problema golpea los bolsillos de los productores.
Las dificultades por entregar la soja, con su consecuente ahogo financiero, hacen de las suyas. Se frena el flujo de dinero a lo largo de la cadena de valor. Y la cadena de pagos tiende a resentirse.
Un simple ejercicio ayuda a comprender el cuadro.
La historia sobre la entrada de camiones en la zona portuaria de Río arriba, durante lo transcurrido en abril, es más o menos un 70% superior al número ingresado este año.
La reducción en el volumen de entrega es notoria. Equivales a un monto aproximado de poco menos de 1.000 millones de dólares.
Las consecuencias de esta suerte de “seca”, en medio de un clima con precipitaciones extremas, están llegando al circuito comercial y afectan el inicio de la campaña de trigo y demás cultivos invernales.