NUEVA YORK.- La Argentina comenzó a salir del default que atenazó la economía
desde fines de 2001, al pagarles a los acreedores que demandaron al país y poner
punto final a casi 15 años de litigios por la deuda.
El Gobierno transfirió US$ 9300 millones para cancelar los acuerdos cerrados con bonistas minoristas, incluidos los acreedores italianos representados por Nicola Stock, y con fondos buitre, entre ellos, NML Capital, de Paul E. Singer, líder de la ofensiva judicial contra la Argentina en la justicia de Estados Unidos, que se quedó con poco más de US$ 2426 millones, el mayor monto.
El pago fue confirmado por Michael Paskin, uno de los abogados del país de la firma Cravath, Swaine & Moore, en una carta enviada al juez Thomas Griesa. Poco después, Griesa levantó las medidas cautelares que impedían los pagos a los bonistas de los canjes de la deuda de 2005 y 2010, que estaban sujetos a los pagos de las sentencias a favor de los holdouts. Esos bonistas cobrarán la deuda acumulada desde el "default técnico" de mediados de 2014 dentro de las próximas tres semanas.
El presidente, Mauricio Macri, dijo que "se trata de un hito importante, el cierre de una etapa que termina después de más de una década de aislamiento y conflicto". Por su parte, el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, señaló que "este arreglo nos vuelve a conectar con el mundo".
Daniel Pollack, el special master que actuó de mediador en las negociaciones con los acreedores, dijo a través de un comunicado que Griesa expresó su "más grande placer" por haber levantado las medidas cautelares de la llamada "saga pari passu", una bisagra en la historia de las deudas soberanas que terminó por abrir la negociación con los acreedores más díscolos del país.
El juez, que pasó 15 de sus 85 años involucrado con la Argentina, mantuvo una postura dura hacia el país durante el último tramo del kirchnerismo. Sus decisiones marcaron un claro giro ante la voluntad del gobierno de Mauricio Macri de liquidar lo más rápido posible la pelea por la deuda. "Todo ha cambiado", dijo en una de sus sentencias. El equipo económico cerró el conflicto en poco más de cuatro meses. "El juez Griesa me expresó que está muy satisfecho por este desarrollo trascendental en el litigio de 15 años sobre el que presidió", afirmó Pollack.
El pago marcó el fin de una disputa judicial que tuvo como actor excluyente a Paul E. Singer, fundador de Elliot Management, el fondo dueño de NML Capital. Singer, notorio inversor de Wall Street, y famoso, también, por su influencia en el Partido Republicano y sus aportes filantrópicos a favor de los derechos de los homosexuales, se quedó con el 26% del dinero que transfirió la Argentina.
La salida del default pone fin a años de aislamiento. El FMI y el G-20 respaldaron la rápida resolución del conflicto. Estados Unidos, que luego del cambio de gobierno ofreció un respaldo más explícito al país, volvió a elogiar al gobierno de Macri. "Al tomar una acción decisiva para resolver una disputa de larga data, la Argentina está dando vuelta la página de un período difícil de su historia", dijo ayer el secretario del Tesoro, Jack Lew, en un comunicado.
"El regreso de la Argentina a los mercados internacionales de capitales y la reinserción en la economía mundial representan un hito importante no sólo para la Argentina, sino para todo el sistema financiero del mundo", agregó.
Hacienda comenzará ahora a trabajar en la segunda etapa del programa económico, enfocada en la recuperación de la economía y la reducción de la inflación. Prat-Gay anticipó una mejora del acceso al financiamiento para provincias y empresas.
El pago a los holdouts quedó partido en dos. Poco más de US$ 6200 millones se transfirieron a las cuentas de los fondos que firmaron un acuerdo con el Gobierno antes del 29 de febrero, incluidos los llamados "demandantes principales": NML, Aurelius Capital, Blue Angel y Olifant. Esa transferencia se hizo de manera directa desde los bancos que participaron de la emisión de bonos de esta semana por US$ 16.250 millones, la colocación de deuda más grande de la historia de un país emergente.
El dinero para los acuerdos que se firmaron después del 29 de febrero, que suman otros US$ 3100 millones, se girarán a un fideicomiso en el Bank of New York (BNY). Los acreedores deberán presentar su acuerdo al banco para recibir el pago.
La oferta para los holdouts, presentada el 5 de febrero, quedará abierta. Una vez que los bonistas y fondos que aún no hayan hecho acuerdos lo hagan, el Gobierno prevé que los pagos totales ascenderán a US$ 10.500 millones, y que la quita sobre los reclamos de los holdouts sea 44 por ciento.
Las reservas del BCRA subieron ayer a US$ 35.845 millones, 6662 millones más que el día anterior por los recursos que ingresaron en el país tras la colocación de deuda.
Jack Lew
Secretario del tesoro de EE.UU.
"La reinserción [argentina] en la economía mundial representa un hito importante para el sistema financiero del mundo"