Apenas horas después de haber asumido la presidencia, Mauricio Macri tuvo actitudes con las que buscó mostrarse como la contracara del modo de hacer política del kichnerismo. Un día después de asumir, el mandatario recibió a Daniel Scioli, Sergio Massa, Margarita Stolbizer y a Adolfo Rodríguez Saá, que después de ser sus adversarios durante la campaña electoral se convirtieron, a partir del 10 de diciembre, en la nueva oposición. Dos días después organizó una reunión con los 24 gobernadores en la quinta de Olivos y dos semanas más adelante se llevó a cabo la primera reunión de gabinete tras más de una década.

Más allá de los gestos que marcaron un quiebre con los últimos doce años, la nueva administración tomó medidas que echaron por tierra algunas políticas de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner que tendrán lugares destacados en los libros de historia: sólo en los primeros 20 días de gestión, Macri dejó caer el memorándum de entendimiento con Irán, quitó las retenciones al campo (menos a la soja), levantó el cepo al dólar y modificó por decreto la ley de medios. No sin cierto nivel de polémica, el nuevo Presidente barrió de un plumazo algunas medidas que en su momento foguearon debates intensos.

Pero, ¿logró el macrismo mostrarse lo suficientemente alejado de la gestión anterior como para cumplir con el slogan de campaña que lo llevó a la Casa Rosada?

"En un país tan presidencialista como el nuestro, el estilo de quien gobierna impone una impronta especial en la política y el estilo de Macri es totalmente distinto al de Cristina Kirchner", sostuvo el ensayista Alejandro Katz en diálogo con LA NACION.

Sin embargo, Katz señaló que ese cambio prometido va más allá de los gestos y las medidas. "El Gobierno aún privilegia como su oposición al kirchnerismo y a veces corre el riesgo de actuar de manera muy semejante a él, como pasó con el decreto de los jueces de la Corte. Hay situaciones de arbirariedad y de falta de justificación", analizó.

El filósofo y escritor Tomás Abraham, en tanto, cree que lo que más diferencia al nuevo gobierno del kirchnerismo es la política de medios públicos. "Hace años que no escuchabas voces distintas en la radio, que no había espacios no dedicados a la campaña y que el periodismo no le daba importancia a la calidad", sostuvo.

Sin embargo, hay algo que al presidente Macri le falta, según Abraham: una personalidad fuerte. "Es necesario un presidente con carácter. Un tipo como [Frank Underwood, protagonista de la serie] House of Cards. No por ser un criminal pero sí como un político que a las 4 de la mañana se levanta y llama a un funcionario. Macri es muy tranquilo para una época que no es para nada tranquila", se quejó.

¿Al Presidente le falta, entonces, un poco del carácter de Cristina? "No. Le falta algo de Perón, Frondizi, Cristina y Alfonsín", concluyó Abraham, con cierto tono de picardía.