El cultivo de trigo es la opción de invierno más generalizada en la agricultura argentina y además permite la siembra de cultivos de verano con diferente resultado agronómico según las regiones.

Factores ambientales como el período libre de heladas, la disponibilidad de agua y la temperatura ponen límite a la expresión agronómica del cultivo estival, pero la tecnología disponible actualmente puede ayudar a mejorar los resultados en muchos casos.

Prueba de esto son los rendimientos obtenidos en la región central norte con la secuencia del cultivo trigo soja de segunda siembra (trigo-soja) y con maíz tardío.