La cosecha gruesa 2016 está a la víspera y a la hora de levantar lo sembrado, desde INTA Pergamino hacen saber que la preparación de la maquinaria es central para evitar pérdidas.
En ese sentido, los datos obtenidos por el instituto de tecnología agropecuaria indican que en el caso de soja las pérdidas promedio de la producción argentina ronda los 141 kilos por hectárea, cuando la tolerancia debería ser de no más de 80 kilos. Para maíz la situación no es mejor, pues se superan considerablemente los límites de 150 kilos de pérdida por hectárea.
El Ing. Agr. Rubén Roskopf, especialista en maquinaria del INTA Pergamino explicó que en soja, la diferencia de pérdidas se da principalmente en el cabezal: “alrededor del 70% se dan ahí y más específicamente mucho de ello está vinculado con la barra de corte”.
Para el caso de maíz, también allí las pérdidas superan el límite y también surgen desde el cabezal, pero a diferencia de la soja surgen por una mala regulación de las placas espigadoras.