En una secuencia con pocos antecedentes cercanos, los precios de la soja sumaron ayer la octava rueda alcista consecutiva en la Bolsa de Chicago, donde el papel comprador de los fondos de inversión volvió a resultar determinantes para la continuidad de la tendencia alcista.
Al cierre de los negocios, las pizarras mostraron subas de US$ 2,38 y de 2,47
sobre los contratos mayo y julio de la soja, cuyos ajustes fueron de 329,13 y de
331,24 dólares por tonelada. En el balance semanal, estas posiciones ganaron un
1,96 y un 1,92% frente a los valores vigentes el viernes anterior, de 322,80 y
de 325 dólares.
Fuera de la acción de los fondos especuladores, que extendieron las compras para reducir la posición vendida que venían arrastrando en los últimos meses, entre los factores que favorecieron la mejora de las cotizaciones se destacaron el repunte del petróleo, que pasó de 37,84 a 38,50 dólares, y la nueva apreciación del real frente al dólar, que llevó la relación entre ambas monedas de 3,640 a 3,591. Este movimiento alcista de la moneda brasileña, que ya lleva tres semanas, reduce la competitividad de las exportaciones de Brasil y favorece las ventas de los Estados Unidos.
También en el nivel local la apreciación del peso frente al dólar (la
relación pasó de 15,24 a 14,75) afectó el rumbo del mercado. La única oferta
abierta de las fábricas fue de $ 3300 por tonelada de soja con entrega hasta el
31 del actual para la zona del Gran Rosario. Si bien este valor fue similar al
vigente anteayer, la diferencia estuvo en la ausencia de compradores interesados
en convalidar los $ 3450 asignados entonces a las entregas más cercanas.
La soja de la nueva cosecha se cotizó a US$ 215 para Rosario, con una mejora de 3 dólares. En Bahía Blanca y en Necochea las subas fueron de US$ 2, dado que la demanda pagó 217 y 215 dólares. En el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), las posiciones mayo y julio sumaron US$ 1,50 y 1,70, mientras que sus ajustes fueron de 217,50 y de 223 dólares.
Respecto del maíz estadounidense, los contratos mayo y julio subieron US$
0,88 y 0,79, en tanto que sus ajustes fueron de US$ 143,69 y de 145,47. En el
balance de la semana, estos contratos ganaron un 1,88 y un 1,66% frente a los
valores vigentes el viernes anterior, de US$ 141,04 y de 143,10.
En el nivel local, para Rosario los exportadores pagaron $ 2220 por maíz con entrega entre el 14 y el 18 del actual y $ 2200 por cereal con descarga hasta el 31 del actual, $ 10 y 30 por debajo de los valores vigentes anteayer. El maíz nuevo se cotizó a US$ 145 para Rosario y para Bahía Blanca, y a US$ 143 para Necochea, con mejoras de 2 y de 3 dólares.
Opción de negocios
Más allá de la lógica presión del inicio de la cosecha doméstica de maíz y de soja, el clima vuelve a acentuar su posición como formador de precios. "Si bien en líneas generales el volumen de la producción se prevé por encima de las expectativas iniciales, la problemática latente para la cosecha gruesa tiene que ver con el clima y el transporte", dijo a LA NACION Adrián Seltzer, de la corredora Granar SA.
El especialista explicó que hay amplias zonas agrícolas donde el exceso de agua quizás no imposibilite el inicio de la recolección, pero sí podría complicar la salida de los granos de los campos, producto del mal estado de los caminos rurales. "Esto puede tener un impacto directo en los valores, debido a que el programa de embarques de maíz en esta altura del año es importante y a que en las próximas semanas empezará a observarse un incipiente incremento de los compromisos de embarque de soja, harina y aceite", indicó Seltzer.
En efecto, según el reporte de carga suministrado por la Bolsa de Comercio de Rosario, entre el 10 del actual y el 4 del mes próximo hay buques que esperan embarcar 1.655.940 toneladas de maíz; 1.321.374 toneladas de harinas; 441.516 toneladas de aceite, y 195.500 toneladas de poroto de soja.
Frente a esas mayores necesidades de mercadería, el analista advirtió que el stock de los compradores no es abundante, por lo que el buen funcionamiento de todos los eslabones de la cadena logística pasará a ser fundamental para la demanda. "Si el tiempo húmedo continúa; si la cosecha se atrasa, y si la logística de transporte se traba, se generarán necesidades de corto plazo entre los compradores, que los llevarán a pagar fuertes diferenciales de precio por mercadería con entrega muy corta, independientemente de lo que suceda en la plaza externa", dijo Seltzer.
Perspectivas positivas para los rendimientos
En su reporte sobre los cultivos de la zona núcleo, la Guía Estratégica para el
Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario destacó las buenas perspectivas vigentes
para la cosecha de soja. "Las hojas viran a las tonalidades castañas, mientras
los granos se encaminan a la madurez con buenas perspectivas. Las marcas medias
en soja de primera se ubicarían en 38 quintales por hectárea, en un rango que
iría de 27 a 55 q/h", se indicó en el reporte.
En cuanto a la sanidad, se destacó que las condiciones húmedas y la falta de rotación provocaron la proliferación de enfermedades de suelo. Asimismo, los lotes de segunda luchan contra el complejo de chinches. "La población subió a los umbrales de control en plena fase de llenado de granos. En otro orden, las reservas de agua son óptimas para los cultivos tardíos, que apuntan a un rinde promedio de 30 q/h."