Entre ambos eventos nuevamente el corredor que va desde el centro este de CB al sudoeste de la provincia de ER acaparó las lluvias más abundantes, pero la cobertura fue generalizada.
Sobre este corredor loa acumulados superaron los 80 milímetros de lluvia, registrándose una merma de las precipitaciones hacia el este y hacia el norte. Este volumen de agua era claramente innecesario y la red de caminos rurales secundarios se ve muy complicada.
Cabe destacar que valores de precipitación acumulada del orden de los 120 milímetros ya pueden considerarse normales para el mes de febrero. Sin embargo durante el pasado mes muchas localidades de CB, centro de SF y oeste de ER lograron duplicar esta marca. El comportamiento pluvial normal se mantuvo en zonas del norte, mientras que como decíamos, los apartamientos más importantes respecto de la media estadística se corrieron hacia el centro del país, donde no pocas localidades lograron quebrar la barrera de los 300 milímetros.
Dentro de este contexto, tras el desarrollo del último evento, se experimentó un cambio de masa de aire. Ingresó aire más fresco y seco y esto se notó en las condiciones ambientales. Las temperaturas mínimas pudieron perforar el piso de los 20ºC, algo poco frecuente en el mes de febrero y además las máximas se presentan moderadas. Entendemos que la situación puede considerarse un anticipo del ambiente otoñal, aunque estamos lejos de establecer el cierre del verano.
Es posible que algunas lluvias menores se concreten cambiando para el sábado sobre el sur de la zona núcleo, pero en esta ocasión las lluvias más importantes quedarían en el sur de la región pampeana, sin que se espere un evento superador de los 25 milímetros. Luego de las lluvias, el ambiente fresco a ligeramente cálido volverá a imponerse.
Con los dos eventos pluviales relativamente cercanos entre sí, es natural que en gran parte de la zona núcleo el balance hídrico se resuelva alcanzando excesos hídricos y como decíamos, por sectores como el centro de SF, con graves problemas de anegamientos de caminos o serias dificultades para transitarlos, lo cual impide alcanzar los lotes. Sobre el oeste entrerriano podemos considerar que la red natural de drenaje es eficiente y por lo tanto los excesos hídricos no representan un problema de tanta persistencia. De todos modos, lo que si puede asegurarse es que ingresamos al mes de marzo sin ningún tipo de limitantes hídricas y con margen para mantener cultivares sin eventos pluviales al menos por una quincena. Hablamos de cultivares que aún puedan tener cierta demanda. Si consideramos que las sojas más atrasadas ya han terminado con su floración, incluso hasta un escenario seco sería beneficioso.
De cara al cierre de campaña, la preocupación pasa por ver la posibilidad de tener que lidiar con demasiada frecuencia con este tipo de situaciones. Obviamente que esta situación es contraria a los intereses de labranza y por lo tanto sería necesario que al menos la primera quincena de marzo, muestre una merma en la oferta de agua respecto del comportamiento de febrero.
El ingreso de aire fresco, puede marcar una señal en este sentido. La entrada de aire frío luego de las precipitaciones del comienzo de fin de semana permitirá que los suelos se oreen en forma rápida y por lo tanto los cultivares listos para la cosecha podrán ser abordados. Siempre hablamos de zonas con caminos liberados de anegamientos.
En resumen, entendemos que viene un período favorable para que se pueda avanzar con la cosecha y por otra parte las sementeras más atrasadas no presentarán limitantes hídricas para cerrar su ciclo.
Eventualmente a la hora del análisis de la presente campaña, seguramente muchas explicaciones en el potencial defecto de los rendimientos, se encontrarán en el comportamiento del mes de enero, con lluvias muy deficitarias para la franja este del país.
Observemos que el trimestre diciembre febrero ha mostrado una variación intraestacional muy importante en el este: exceso, seca, exceso. Este patrón quizá no es válido en el norte de BA (al norte del Salado) donde la ecuación ha sido seca, seca, exceso, incluso con los excesos de febrero que no lograron compensar las deficiencias del bimestre previo. Quizá este haya sido el sector donde la falta de humedad tuvo su mayor impacto dentro de un contexto que anticipaba una oferta de agua favorable de mayor continuidad.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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