Por las diferencias en las alícuotas aplicables a las compras y a las ventas, los créditos de IVA del productor agropecuario son mayores a los débitos. El saldo a favor muchas veces se vuelve permanente. Este problema, que afecta exclusivamente al campo, no siempre existió. Desde febrero de 1990 está gravada con IVA la actividad agropecuaria.
De 1983 a 1987 rigió en la Argentina un régimen en el que se le permitía al
productor utilizar sus créditos de IVA para compensar con el pago de otros
impuestos. Esto es lo que hoy piden en el sector, la unificación de los saldos
técnico y de libre disponibilidad y su devolución automática o la posibilidad de
aplicarlo a otros tributos.
En el sistema de 1983, estaban exentas de IVA todas las ventas de la
actividad agropecuaria. Gran parte de los productos primarios agropecuarios
están destinados a la exportación. Con aquel régimen, los exportadores evitaban
la acumulación de saldos a favor a reclamar al Estado, cuya devolución hoy tiene
importantes retrasos, provocando serios desbalances financieros.
Los tributaristas explican que el costo fiscal de eliminar el IVA de los
productos primarios agropecuarios sería neutro en el caso de los que se destinan
a exportación. "No tiene sentido gravar con el IVA los granos y la hacienda. La
ley prevé que la AFIP debe devolverle el IVA al exportador. Es mucho más lógico
gravar el durazno en lata, la carne procesada o la milanesa de soja, que gravar
el producto en bruto que es lo que se exporta. Además, la población de bajos
recursos accedería a la fruta, verdura y carne sin pagar IVA", dice Santiago
Sáenz Valiente.
El constante saldo a favor de IVA es un problema fiscal que aqueja al agro hace muchos años. La nuevas medidas del Gobierno alivianaron la carga, pero el campo sigue siendo de los sectores más perjudicados desde el punto de vista tributario. Según el último informe publicado por la Fundación agropecuaria para el desarrollo de Argentina (FADA), incluso con las medidas tomadas por el nuevo gobierno, la participación del Estado en la renta agrícola es del 66,3 por ciento. Esto quiere decir que la sumatoria de los tributos (provinciales y nacionales, incluidos los derechos de exportación a la soja) representan $66,30 de cada $100 que genera de renta una hectárea promedio en Argentina.