Sobre principio de la semana llegaron las tan ansiadas lluvias y para la entrante se pronostican más precipitaciones en medio de una fuerte ola de calor. En general fueron precipitaciones efectivas, continúas y oportunas para incorporarse a los suelos y sostener a los cultivos en un momento clave.
Luego de tres semanas con fuertes déficit de humedad en gran parte de los
suelos de la pampa húmeda, las precipitaciones alcanzaron buena parte de las
provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba. En esta provincia su
región sur viene arrastrando una complicada situación de campos anegados y las
últimas lluvias agravaron el panorama. En lo que va del año Huinca Renancó lleva
acumulados 385 mm.
También hubo fuertes diferencias de milimetraje en pocos kilómetros de distancia tal como lo registraron las Bolsas de Comercio de Rosario y de Cereales de Buenos Aires que dieron cuenta de las últimas precipitaciones y perspectivas climáticas en sus respectivos servicios agroclimáticos y de seguimiento de los cultivos.
La región noreste bonaerense, la más necesitada, fue la menos favorecida. Las
lluvias lejos de abastecer la demanda, fueron muy escasas. En Baradero, muy
castigada por el calor y la falta de agua, recibió tan solo 20 milimetros.
Apocos kilómetros en Ramallo, sólo a 60 km de la anterior localidad, registró 50
milimetros.
Hasta estas precipitaciones la zona núcleo ya venía registrando en sus lotes de soja de primera una fuerte pérdida potencial de rinde. Marchitamiento, baja altura de planta, pérdida de vainas, reducción del tamaño del grano, trips y arañuelas mantuvieron encendidas las alarmas hasta que llegó la lluvia de la semana. La heterogeneidad de la condición de los cultivos de la región está marcada por la influencia de la napa, la calidad de suelo y el estadio fenológico. Los lotes más comprometidos son aquellos grupos de madurez cortos ubicados en las lomas sin contar con la influencia de las napas. El rango de rindes para estas sojas de primera de la región se estimaban en el rango de 23 a 30 quintales por hectárea.
En el otro extremo de las precipitaciones, en las máximas que ocurrieron en
la semana se debe consignar los 130 milimetros de Colonia Almada en Córdoba,
Irigoyen con 104 milimetros y Clason con 90 milimetros. La localidad de Rufino,
Santa Fé, sumó 50 mm y totaliza 314,6 mm desde el primero de enero. En zonas
aledañas que venían con problemas de anegamientos, este evento volvió a reavivar
los problemas de excesos hídricos.
Mientras tanto, las temperaturas siguieron siendo protagonistas. Con máximas de 36,4 °C y mínimas elevadas cercanas a los 20 °C, las temperaturas siguen manteniendo condiciones altamente exigentes para los cultivos.
Por estas precipitaciones, en buena parte de la pampa húmeda la soja de primera en su estadio crítico fue la más beneficiada. Para los especuialistas, la soja estaba en pleno llenado de granos y había perdido de 10 a 15% de potencial de rinde. También los lotes de maíces tardíos y de segunda recuperan reservas para afrontar las fases más críticas de floración.
Los pronósticos destacan que el norte de Buenos Aires y el sudoeste santafesino recibirían un nuevo evento pluvial para este fin de semana.